Como ya anticipamos hace poco, en una semana nos vamos unos días a Bélgica. Hace un par de años que se nos escapaba este viaje así que como imaginaréis las ganas de hacerlo eran enormes, pero al fin hemos encontrado el momento. En conmemoración, justo hoy iniciamos un “ciclo” (no se me ocurre otro nombre para llamarlo…) de cuatro entradas en las que los protagonistas serán Salty Dog y sus peripecias por este maravilloso país cervecero. Creo sinceramente que reflejan muchas de las anécdotas con las que cualquiera que viaje a este edén espumoso por primera vez podría encontrarse. Esperamos que os gusten.
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1.
En la aduana…
Agente, dirigiéndose a Salty - ¿Podría abrir su bolsa, por favor?
Reno - Salty, no te pongas nervioso aún. Espera a que volvamos con un par de cajas de cerveza!
2.
En el avión…
Salty – ¡Venga, que nos vamos a Bélgica, la capital de la cerveza!
Megáfono – Abróchense los cinturones de seguridad. Por favor, vean esta película por su propia seguridad…
3.
Megáfono – En caso de emergencia, por favor, localicen los chalecos salvavidas debajo de su asiento…
Salty – No quiero escuchar esto…
4.
Ya en el aire…
Salty –Bueno, pues Bélgica es famosa por la cerveza, las patatas fritas, los cómics, los gofres y el chocolate, cinco de mis cosas favoritas!
5.
Hipo - ¿Y qué hay de los mejillones?
Salty – Bueno, cinco de seis no está mal…
6.
Ya en la tierra de los frikis…
Reno – Bueno, pues aquí estamos!
Hipo - ¡Genial!
Salty (mientras lee una guía cervecera) – Mmmmm, hmmmmm…
En un cartel colgado en la pared pone: Alquiler de coches, a la derecha.
7.
Hipo – ¡Mirad estos preciosos edificios medievales! Vamos a tomar unas fotos…
Salty – ¡No hay tiempo para eso! ¡Debemos encontrar cerveza! Son las 11 de la mañana… ¡Ya!
8.
En el coche, con un cartel de Antwerpen de fondo…
Reno – Ok, Salty, ¿y qué dirección tomamos ahora?
Salty – Déjame ver… A la izquierda… ¡Aquí!… ¡No, derecha!... Mmm… este mapa es confuso…
9.
Tres o cuatro horas más tarde…
- Salty – Esta es nuestra primera parada. Una crêperie bretona en Lovaina la Nueva *!
* Nota: este sitio es real.
10.
Dentro del bar...
Reno – ¡Caramba! ¡Qué menú! ¡200 crepes y 200 cervezas!
Reno – ¡Caramba! ¡Qué menú! ¡200 crepes y 200 cervezas!
Hipo – ¡Delicioso!
Salty – ¡La parada perfecta para desayunar!
11.
Salty – ¡Sshh! El camarero está encendiendo el estéreo. Ahora escucharemos un poco de música belga auténtica…
12.
Los tres escuchan en silencio: I hear the train a’ comin’ – It’s rollin’ round the bend…
13.
Reno – ¡Qué bueno! ¡No sabía que Johnny Cash fuera belga!
Hipo y Salty caen de espaldas…
En unos días, la segunda entrega. A los que os haya parecido un poco flojo, tranquilos, el nivel irá a mejor (o a peor... según se mire...).
El desenlace no tuvo nada que ver con la trama inicial. Demasiado largo para ese final tan aguado.
ResponderEliminarUn saludo.
Manza, la verdad que es un final un pelín aguado, pero bueno, en mi opinión hay más de una anécdota que para los que somos un poco "frikicerveceros" nos resulta más bien familiar. Espero que los próximos te gusten más. Saludos!
ResponderEliminarY qué recorrido vais a hacer? Imagino que pasaréis por el Delirium Café, templo cervecero por excelencia. No sé si conoces la cerveza Tongerlo pero en Gante la tienen en muchos sitios de barril y está cojonuda.
ResponderEliminarPasádlo bien! Yo volveré a Bruselas en octubre, ya tengo ganas!
Hola Calamar,
ResponderEliminarPues hoy hemos vuelto de Bélgica. En los próximos días ya contaré por el blog los diferentes sitios a los que hemos ido... paciencia... Solo te digo que al Delirium si hemos ido, jeje!