Nos levantamos el domingo, cuarto día del viaje, con la misma tónica que los anteriores. El omnipresente “run-run” gastrointestinal, un poco de dolor de cabeza… Nada que no curara un buen desayuno.
Dimos de nuevo una vuelta por el precioso centro de Brujas, y nos topamos con dos tiendas: el Bier Tempel, hermana de la que ya comentamos en Bruselas, y 2be, una “mole” gigantesca, con una selección no menos grande (780 cervezas belgas), patés a la cerveza, quesos de las abadías, cristalería… Impresionante.
Seguidamente nos fuimos a la fantástica plaza del Burg, donde se encuentra el ayuntamiento entre otros edificios realmente preciosos, y a un lado, medio escondida, encontramos la tienda de Struise. En ella tenían muchas de sus cervezas aunque también algunas otras que también se elaboran en las instalaciones de Deca, como Vleteren y Antiek. Además poseían una pequeña barra con 3 grifos: Struise Rossé, Westoek XX y Elliot Brew. Nos decantamos claramente por dos copas de ésta última.
Tras el rico tentempié lupulino medio-mañanero nos fuimos hacia el coche ya que de nuevo nos íbamos a adentrar en Flandes occidental. Para ser más concretos, nos íbamos hacia la abadía de Sint Sixtus, conocida por sus cervezas Westvleteren.
Después de dejar el coche en un parking descomunal y de visitar por fuera el infranqueable monasterio, nos dirigimos hacia In De Vrede.
Dentro nos encontramos un local muy grande, para mi gusto demasiado frío y falto de encanto, muy espacioso eso si, pero sin carácter ni alma. Lo mejor del lugar, sin duda, ver la cantidad de gente mayor tomándose su Westvleteren dominical como quien va a tomarse su aperitivo en cualquier bar de la península.
Al contrario de lo que imaginaba antes de visitarlo, no había montones de yankies frikis agolpándose y/o empujando, sino muchas familias y grupos de abuelos tan tranquilos frente a las codiciadas WV8 o 12. Maravilloso.
Arriba, los interiores de In De Vrede. Abajo unas cuantas botellas de Westvleteren.
Al contrario de lo que imaginaba antes de visitarlo, no había montones de yankies frikis agolpándose y/o empujando, sino muchas familias y grupos de abuelos tan tranquilos frente a las codiciadas WV8 o 12. Maravilloso.
Un tanto envidiosos viendo la cantidad de cervezones que tanta gente estaba disfrutando nos sentamos y pedimos una Westvleteren 6, una 8 y dos 12.
Sobre estas famosas cervezas, y más concretamente sobre la WV12, ya he hablado varias veces por el blog y es que gracias a unos cuantos amigos hemos tenido ocasión de probarlas en más de una ocasión. Así que a la pregunta de si son las mejores y demás, mejor lo comprobáis por vosotros mismos, y si tenéis la posibilidad, mejor aún in situ. Yo desde luego si tengo ocasión pienso repetir. ;P.
Para acompañar, nos pedimos varios platos de patés y quesos elaborados por los monjes, junto con algo de ensalada.
Tras las pertinentes compras en la pequeña tienda de la entrada, nos fuimos de nuevo al coche. La próxima parada iba a ser la fábrica de De Dolle Brouwers, en la pequeña población de Esen (con una sola “s”, ya que Essen, famosa por el festival de cervezas navideñas, se localiza en el norte de Amberes, justo en el límite con Holanda).
En la foto, la fachada de la fábrica, en mi opinión menos “divertida” que la anterior, que estaba pintada con triángulos blancos y azules.
Entre que habíamos salido algo tarde de Brujas y que nos entretuvimos lo justo en Westvleteren, llegamos sobre las 14.30h. a la fábrica de De Dolle, cuando las visitas guiadas a la fábrica eran los domingos a las 14h. Así que casi sin pestañear nos despedimos momentáneamente de Marya y Gabriel, y fuimos directos a la charla.
Tras una bronca memorable por parte de la famosa abuela, que debido a su particular inglés (más cercano al holandés o al alemán) no terminamos de entender, nos reincorporamos con el grupo. Al rato nos fuimos hacia la casa de enfrente donde la abuela nos contó unas cuantas anécdotas sobre las diferentes cervezas que elaboran. Bueno, en realidad, de todas, todas no, ya que según nos revelaron Gabriel y Marya más tarde, le tiene algo de animadversión a la Dulle Teve, razón por la que fue la única cerveza que ni mencionó.
Cuando terminó, nos despedirnos de la tan entrañable y a la vez temperamental abuelita, y nos dirigimos como posesos hacia el bar, donde nos esperaban Gabriel y Marya con las manos bien ocupadas. Pedimos una Extra Export Stout, que conocíamos pero no habíamos probado, y la Verse Vis, cerveza que elaboraron para el Zythos 2011, festival que tiene lugar allá por marzo.
Arriba tenéis al peculiar Kris, el maestro cervecero, ataviado con su vestimenta de Oerbier y sirviéndonos la Extra Export Stout. Abajo, las Extra Export Stout y Verse Vis, así como algunos pósters.
En cuanto al lugar, era de todo menos típico. Dejando a un lado a Kris (que con la foto de arriba ya os podéis hacer una idea del personaje que es…), alrededor de todas las mesas y sillas de madera había unos cuantos cuadros pintados por él mismo, muchísimo merchandising (el muñequito amarillo y compañía, que tiran mucho…), fotografías, pósters, cristalería… Repito, algo inclasificable y difícil de explicar con palabras. El ambiente, otro día más, era maravilloso, con bastantes abuelitos (entre ellos, Gert, la famosa abuela de De Dolle) tomándose sus cervezas en las mesas de al lado… Pero esta tranquilidad se truncó cuando llegó una “horda” de turistas que lo abarrotó todo.
Respecto a las cervezas, después de las dos anteriores vino una ronda de Oerbier de barril. Inconmensurable, bastante mejor (si es que eso puede ser) de lo que la recordábamos en botella. Afrutada (mucha pasa, ciruela…), candy, bizcocho, muy sedosa… Realmente rica!
Después de unas cuantas rondas, y con el cuerpo pidiendo algo de sustento sólido, Elsa, la mujer de Kris, nos trajo un platito de paté que elaboran ellos mismos añadiéndole cerveza Oerbier, y así acompañamos otra ronda. ¡Maravillosa combinación!
De repente, cuando estábamos tan a gusto, Elsa nos sorprendió con una Stille Nacht Reserva 2008 en botella de 37,5cl. Si queréis la verdad, un servidor no estaba para tomar notitas de cata así que lo único que os puedo decir es que nos dejó pasmados! Para mí sin duda alguna, una de las mejores cervezas del viaje. Pero esperad…
Más tarde, Elsa, con la que rápidamente conectamos por su proximidad y porque hablaba un perfecto español, nos volvió a sorprender (no paró en toda la tarde) con una Oerbier Reserva 2010 y con una increíble Mommeriete Heer van Gramsbergh. Esta última es una cerveza que elaboran unos amigos suyos de Holanda, y sin duda sería una auténtico sorpresón (no se cuantas van ya…). Una imperial stout muy cremosa, repleta de sabor, y lo mejor, realmente equilibrada. Espectacular.
Tan a gusto, y con no se cuantas cervezas a la espalda (bueno si lo sé gracias a las notas, pero mejor me lo callo…), nos dimos cuenta que se nos habían hecho las ¡19.30! ¡¡¡Llevábamos ni más ni menos que 5 horas allí!!!! Así que con el cuerpo bastante entonado, tristemente se nos hizo la hora de volver a Brujas. Por lo que nos despedirnos de Elsa y Kris, y tras agradecerles el maravilloso trato recibido, nos fuimos de nuevo hacia el coche.
Ya de nuevo en Brujas, fuimos sin dudar hacia el De Vlaamsche Pot, dónde sin lugar a dudas nos daríamos la mejor cena de todo el viaje.
Sin pensárnoslo mucho pedimos los típicos moulées frites (mejillones acompañados de patatas fritas) ya que aunque parezca increíble, tras 4 días en Bélgica aún no los habíamos probado… Además, y como plato principal, una inconmensurable olla de carbonade flammande (estofado flamenco) que tardaremos mucho tiempo en olvidar. Para regar estos manjares todos elegimos Trappistes Rochefort 10. Un cervezón que nunca falla.
Tras un paseo largo pero necesario de todas, todas, volvimos hacia el centro y allí decidimos tomarnos una ronda de cervecitas en el ‘t Brugs Beertje (el mismo local que ya comentamos el día anterior).
Esta vez, quizás por terminar hasta arriba con la cena, o quizás por los cervezones que nos habíamos tomado a lo largo del día, no nos convenció mucho lo que tomamos. Una ‘t Smisje Guido excesivamente repleta de toffee en boca; una Tempelier, sugerente en nariz pero correcta sin más en boca; Dupont Monk’s Stout, torrefactos y café muy pronunciados pero no cansinos, cuerpo ligero; y Vichtenaar, muy prometedora en nariz, pero decepcionante en boca.
Aunque vuelvo a repetir que no estábamos en las mejores condiciones para degustarlas en su plenitud… Así que tras esta escueta ronda no nos quedó más remedio que dar por finalizado este día tan intenso.
El próximo día, lunes, iba a ser el último día entero en Bélgica ya que partíamos el martes por la mañana… snif, snif!
Ufff... espectacular! No sé cómo os aguantó el cuerpo :-D, qué cracks (y qué hígados más bien entrenados).
ResponderEliminarLas Westvleren evidentemente dan mucha envidia, pero la visita a De Dolle tiene pinta de haber sido genial. No hay nada como que te traten bien en un sitio de por sí tan genuino.
Respecto a la tienda de Brujas... yo cuando estuve fui a una que nos encontramos al azar, y no compré nada pensando en que en Bruselas sería mejor... pero luego en Bruselas estuve en una tienda de las famosas (no recuerdo cuál) y era mucho más pequeña! no sé si la de Brujas sería la segunda que comentas... era enorme y tenía un sótano en el que había muchísimas botellas... Aquí una foto:
https://fbcdn-sphotos-a.akamaihd.net/hphotos-ak-snc6/39420_467977198378_547498378_5748937_3578312_n.jpg
Ya me quedo con la curiosidad de si era o no :-D.
Por cierto, como siempre, estupendo relato, viene de fábula como guía de referencia para futuros viajes :-D.
Deigote, lo de aguantar... la medicina mejor que hay es estar muy a gusto... Así uno se bebe lo que no está escrito, jeje! (aunque la resaca...).
ResponderEliminarLo de la tienda después de ver tu foto sí es la misma, el 2be. Tenía sótano y demás con muchísimas estanterías, y todo bastante moderno.
Lo de Westvleteren vs De Dolle, sin duda lo mejor esto último, y ya no solo por el trato sino porque nos tiramos 5 horas sin darnos cuenta...
Menuda marcha y menudo aguante "cervezil".. se ve que no perdisteis el tiempo.. Que envidia de viaje! Saludos!.
ResponderEliminaratencion pregunta: quien cogia el coche despues de semejante tarde?
ResponderEliminares una cosa que en esta entrada mas que en otras me intriga..., yo despues de todo lo que bebisteis solo estaria para beber mas cerveza, jaja, el coche iria solo
Madre mía, lo que me sorprende es que todavía estéis vivos!
ResponderEliminarPepe, la verdad que el tiempo no lo perdimos... y lo del aguante, pues gracias a la "cazuelita" de la cena, que lo cura todo...jeje!
ResponderEliminarAnónimo (preferiría dirigirme a algún nombre...), lo del coche, no hubo discusión. Gabriel se empeñó en cogerlo él todos los días. Conste que se lo propusimos más de una vez, pero nada. Eso sí, tampoco se perdió muchas cervezas por ello, eh? Jejeje!
Antonio, si, la verdad que las ganas de cerveza tras la cena eran más bien inexistentes, pero teníamos que cerrar la noche, no?? ;P
perdona se me ha pasado poner nombre troski, o eduardo
ResponderEliminarsaludos
pd-si fuera yo, mi mujer no me dejaria conducir ni de coña, seria un dilema, o ponerme fino de birras, o ir asta ahi...de todas maneras, os hubieran echo soplar y hubierais roto la makinita!!!
Hombre , por fin veo unas chapas en una foto!!!! Ja ja ja... cómo para tomar notas estarías a las tantas de la noche.... ya no sabrías ni a qué sabía cada una de las birras! Sigo envidiando!!!!
ResponderEliminarComo conductor en este viaje tengo que decir que no es correcto tomarse tantas cervezas y luego conducir. La verdad es que bebíamos mucho pero durante muchas horas y comiendo bien por lo que 'borracho' no llegas a estar. Eso si, si te hacen soplar te cargas la maquina.
ResponderEliminarPau, magnifico relato, como siempre.
Habrá que repetir pronto!.
G.
Troski/Eduardo, la verdad es que si el conductor hubiese sido yo creo que aún seguiríamos allí, porque parar de beber no iba a parar... ;P
ResponderEliminarTxema, ¿¿Comorrr??¿¿¿qué chapas???? Y sí, al final ya no distinguíamos el blanco del negro... Sólo veíamos el amarillo del muñequito De Dolle... jaja!
Gabriel, hombre, eso de que borracho no llegas a estar... Cómo para ponerse a hacer tiro al arco...!! Suerte que no nos pararon! Y gracias por el piropo del post! Sobre volver, aunque no te lo creas ya me estoy mirando carreteras para ir en coche...jaja!!!
Qué envidia sana lo de la Still Nacht Reserva!! Me cae la baba!!
ResponderEliminarGrunx, y a mí también recordándola... Qué cervezón!!!
ResponderEliminarDios, ¡pero que día! Vaya tela lo que llegásteis a beber, no solo por la incontable cantidad, ¡sino por la calidad de lo que os sirvieron! Me quedo con la foto de Westvleteren, con la gente bebiendo tan tranquilamente las WV 6/8/12. Yo también me imaginaba hordas de bárbaros arrancando la chapa con la boca :-).
ResponderEliminarBirraire, jaja! Bárbaros quitando chapas con la boca la verdad que no, los pobres abuelitos ya no están para tanto trote... jaja! Y si, bebimos una barbaridad, pero como tu dices, casi todo cervezones, con lo que no nos pudimos negar... ;P
ResponderEliminarVaya viaje jajaja no sé que más añadir a lo que han dicho antes.
ResponderEliminarDe todas formas el diario de a bordo muy interesante, tengo que pasarme por algunos de los sitios que has comentado a lo largo de estos dias en mis futuras visitas a Bélgica.
Un saludo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola lupuler@s!
ResponderEliminarPau, ¿os dejasteis algún sitio, mejor alguna cervezota sin catar? Ah! Eso de tanto viejito con los que tropezasteis, ¿tendrá mucho que ver el lúpulo con la longevidad belga? Por si acaso, un par de cervezas diarias, por lo menos!!!! empar
Calamar, me alegro que te sea útil. La verdad que si todo fue tan bien fue gracias a Gabriel, que se curró en su momento un peazo guía.
ResponderEliminarEmpar, por desgracia es imposible beberse todo en tan pocos días. Lo del lúpulo y la senilidad, por eso me conservo tan joven... Que se quiten las babas de caracol... "crema de lúpulo"! ;P
Qué paraíso!!!!, definitivamente hay que ser un "crak" y no me cabe duda que lo eres lúpuloadicto. Como siempre tus notas completísimas, el texto notable y las fotos ufffffffffff!!.
ResponderEliminarSaludos.
The Mean Man, lo que ya dije en otro post, con tanto piropo al final los IBUs se me subirán a la cabeza... ^^. Aún así, muchas gracias.
ResponderEliminarSaludos!
Sencillamente impresionante. Pedazo de jornada y ya llevabais varias. De Dolle y Westvleteren en un sólo día. Buaf! todo un lujo. Afortunadamente, y como bien sabes, ya tuve oportunidad de probar la Westvleteren 12, y me pareció un auténtico cervezón, aunque no tanto como para decir que es la mejor del mundo, pero me quedé con ganas de repetir para poder apreciar o mejor dicho, saber apreciar otros matices. Leyéndote me queda claro que tengo que volver a Bélgica sin falta. Qué bien me va a venir tu diario de viaje! Ya te lo agradezco de antemano. Saludos.
ResponderEliminarJAB, la verdad que lo de Westvleteren y De Dolle sobre el papel no parece tanto como terminó siendo...
ResponderEliminarEn cuanto a Westvleteren, a mi me parece prácticamente perfecta. El problema es el de siempre, que la gente que no la ha probado imagina algo muy distinto a todo lo anteriormente probado y le puede decepcionar. Pero lo bien equilibrada y compensada que está no lo he visto en ninguna otra cerveza similar. Del diario de viaje, pues me alegro mucho de que te sea útil, para eso lo publiqué, jejeje! Y gracias a tí!!