17 nov 2011

Maridando en la Marina.

A pesar de no ser oriundo de la Marina Alta ni de la Baixa, he de reconocer que mi pasión por esa región en cuanto a la gastronomía es totalmente desmedida por variedad y calidad de todos sus productos, sobretodo los venidos del mar.

Pero dejando esto de lado al menos de momento, el pasado sábado fuimos a comer a Teulada, más concretamente a un Gambrinus. Sí, se que cualquiera que haya pisado este templo de devoción a la Cruzcampo probablemente no se plantee como un sitio en el que muchas veces lo más importante es si sus cañas están más frescas o si se encuentran justo en los famosos -2ºC “glaciales”, pueda aparecer por aquí. Y la razón es muy sencilla y se percibe a los pocos segundos de pisar los interiores de este local.


En las fotos adyacentes, unas cervezas que tenían expuestas en la barra, algunas de ellas auténticas rarezas como unas curiosas artesanas francesas o el botellón de Regal Christmas.


Toni y Raúl, Raúl y Toni, montaron este negocio en Teulada hará unos 5 años. Contaron con la ayuda de la cervecera sevillana para la decoración, el sistema de barriles y el resto del “paquete completo”, pero con el paso del tiempo se fueron desvinculando de esta marca. De este modo, en la actualidad, lo que empezó como una franquicia (al menos sobre el papel) se ha convertido en un restaurante que opera bajo la filosofía de sus dueños y no bajo ningún camino dictado. De hecho por sobrados merecimientos aparece en dos de las guías gastronómicas más prestigiosas que existen por estas tierras.


En la foto de arriba, unos detalles de la barra, con unos apetecibles caracoles de mar, erizos de mar y algunas exquisiteces más.

Pero dejando los premios y las medallitas a un lado, ya que cuando voy a un restaurante no es para comerme sus galardones, si hoy quiero hablar de este local es precisamente porqué es mi primera vez que estando en la península pude comer con y para la cerveza, y no lo uno o lo otro por separado. No se trataba de ningún evento aislado ni de alguna jornada especial como suele ocurrir tantas veces con esto de los maridajes con cerveza. Según el producto de temporada, Raúl, el cocinero, y el resto del equipo preparan menús de maridaje pensando en cervezas que según su opinión (ya sabéis que en esto de los maridajes cada maestrillo tiene su librillo) combinen, realcen o contrasten los platos, intentando ofrecer en conjunto un magnífico ágape.

Así que un poco curiosos (y algo temerosos también, tengo que reconocerlo) por esta primera vez, nos sentamos en la mesa a verlas venir.

Para empezar nos trajeron un salmorejo cordobés maridado con la cerveza Judas. He de deciros que hacía como mínimo 4 o 5 años que no reprobaba esta cerveza belga y quedé gratamente sorprendido con la combinación del plato y las notas especiadas y florales de la cerveza.


Seguidamente llegó uno de los platos más curiosos (al menos sobre el papel) y que difícilmente se me hubiera ocurrido maridar de ese modo. Se trataba de una base de pan de especias sobre la cual había una crema de café y encima de esto una anchoa (sí, ya se que parece una extravagancia pero para nada) maridado con una Petrus Oud Bruin. La verdad que este maridaje por contraste me dejó realmente boquiabierto. Puedo llegar a entender los quebraderos de cabeza que llevará tras de sí. ¡Chapeau!


A continuación entró en escena un plato a base de morcilla de cebolla (que los valencianos llamamos botifarra, aunque no se parece en nada a la butifarra catalana) envuelta con una hoja de col y por encima una salsa acaramelada. Para maridar optaron por una Cruzcampo Reserva que, al igual que con la Judas anterior, no recuerdo la última vez que la había probado pero de nuevo esta combinación me dejó más que gratamente satisfecho.


Después vino uno de los platos estrellas del restaurante, unos figatells de pulpo verdaderamente sublimes con salsa de soja. Los figatells originales son una especie de albóndigas aplastadas típicas de mi oriunda Safor, normalmente elaboradas con magro de cerdo e hígado y todo envuelto con tripas (se que leído a alguno le puede parecer una guarrada pero está riquísimo), pero estando en una zona donde el pulpo (más concretamente el pulpo seco) es la estrella, pues la idea es más que acertada. En cuanto al maridaje pensaron en la artesana Riu-Rau de Benissa, una Red Ale que Raúl (el cocinero) elabora en Tyris. He de reconocer que pese a gustarme y mucho cada cosa por separado, no llegué a disfrutar tanto del matrimonio de ambos como hubiera deseado, quizás por el punto marcado de lúpulo que posee esta cerveza.


Después de la maravillosa “picaeta” anterior pasamos al plato principal: un excepcional (con todas las letras) arròs a banda, otro plato típico de la zona, maridado con otra cerveza artesanal, Tyris, la weissbier elaborada en Valencia. En este caso el maridaje fue absolutamente excelente, con las notas cítricas de la cerveza acompasando cada bocado. Aquí tengo que confesar una cosa y es que en casa hemos utilizado esta cerveza en numerosas ocasiones para acompañar las paellas del domingo. Así que si dos personas coincidimos en el maridaje por algo será…


Volviendo con el ágape, con la curva de la felicidad más pronunciada de lo normal y sin saber como iba a cabernos nada más, llegaron los postres.

Primero, un helado de vainilla con vinagre de mango que optaron por maridar con Floris Mango, una combinación evidente pero realmente bien compensada, ya que el curioso vinagre funcionaba espectacularmente bien con las notas ácidas y afrutadas de la cerveza.


Y para finalizar nos sacaron una copa a base de café, chocolate y avellanas maridada con otra cerveza artesana, la valenciana Mons Stout, una cerveza que en mi humilde opinión está realmente bien conseguida. En cuanto a la combinación, como en el anterior caso, no por evidente dejaba de estar muy proporcionada y lograda.


Y sin terminárnoslo nos pusimos a charlar con Raúl, un tipo que nos cayó muy bien por sus muchas ganas de trabajar, por querer ir un paso más allá y apostar decididamente por la cerveza en un restaurante de por aquí, y sobretodo porqué nos dejó muy sorprendidos que pese a todo lo anterior fuera un tipo realmente humilde, accesible y con los pies bien firmes en el suelo. Desde aquí sin duda queremos felicitarles tanto a él como a Toni por el estupendo trato. También desearles que les vaya como mínimo igual de bien que hasta ahora. Sin duda volveremos muy pronto.

 En la foto de arriba podéis ver la puerta del local con las luces encendidas y es que se nos pasó media tarde sin darnos cuenta (señal de que uno estuvo bien a gusto…).

Aquí abajo os dejo la dirección:

GAMBRINUS TEULADA.
Av. Mediterráneo, 80 (aquí el enlace a Google maps).
Teulada.
Tlf: 965 741 112.

18 comentarios:

  1. Buff, las Floris me da malos recuerdos, ese invento suyo de chocolate me amargó un bonito viaje en tren. Por lo demás, no tiene mala pinta el garito, no.

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  2. Hugo, pues aunque no te lo creas, mi experiencia con las Floris también era bastante negativa hasta el momento, pero tengo que reconocer que esta no la encontré tan mala, quizás por la combinación con el postre, no sé... La verdad que puedo imaginar el postre con una Cantillon Fou'foune u otra por el estilo y seguramente sería brutal.

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  3. Muy buena crónica, amena y con lujo de detalles, tal como nos tienes acostumbrados :-). Esperemos que este tipo de locales vayan en aumento.

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  4. Muchas gracias por tus palabras, Birraire. Y si, eso sería lo deseable, que cada vez haya más restaurantes que ofrezcan cartas de cerveza, platos cocinados con cerveza y demás.

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  5. la comida parece excelente y algunos de los maridajes también. riu rau fue una reciente y agradable sorpresa, la mosn (..) stout, como tu bien has dicho, tb me gustó mucho, aunque le falta bastante para llegar a ser IMPERIAL. sobre la tyris, lo siento pero sigo sin encontrarle la gracia.. quizás con una rica paella en la mesa...aunque elegiría otra cerveza, una casasola benedictina??

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  6. Matteo, es que el problema de Mons es que se llame Imperial, porque es una stout a secas y puede llevar a equívoco (aunque el % de alcohol ya avisa...). Lo de la Tyris, pues no se cuando la probarías pero yo la última vez me llevé una muy grata sorpresa en la propia fábrica ya que han modificado la receta y está mucho mejor, así como su VIPA. La Casasola por desgracia no las he probado...

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  7. la probarè otra vez.. la tyris, seguro que bebida en la fabrica es otra cosa; la VIPA me gustò mucho mas aunque mas cuerpo y malta les vendrían bien. por otro lado, descubrí la casasola en cervezorama (madrid) en una cata organizada con el productor: merece la pena probarla y aconsejo mas bien la silos, una amber ale sabrosa , mas completa ( por mi gusto) con respecto a la benedictina.

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  8. Impresionante recomendación gastronómica!!! Quin descobriment!! No reventastéis? Después de los entrantes... l'arròs a banda!!! Anda que no os gusta comer.... y a mí también... me lo apunto!!!

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  9. Matteo, la verdad que yo también opino lo mismo con la VIPA sobre más fondo, aunque de barril entra de lujo y me gusta tal y como es. Sobre la Casasola me la apunto junto con otras de la ancha Castilla de las que he oído mucho y bueno.

    Txema, ahora comprendes el porqué no te lo quería decir hasta que lo leyeses por tí mismo. Sobre la cantidad de comida, Rosana no podía con el alma, jaja! Y eso que por lo visto esto es un menú recortado porque hace una temporada lo hacían con 13 cervezas!!! A ver si nos juntamos para ir a comer allí algún día.

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  10. Muchas grácias Pau,de verdad que tiene mucho mérito vuestro trabajo, en defensa de la cultura de la cerveza,que esperemos que cada día cuente con más adeptos.

    Un placer haberos cococido.

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  11. Lo siento,conocido quería decir.

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  12. Al contrario Raul, muchas gracias a tí por apostar por la cerveza y ofrecernos la posibilidad a los que vivimos por aquí de poder disfrutar con un ágape tan magnífico. A seguir luchando por la cerveza! ¡Salut company!

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  13. Hola lupuler@s!

    Os felicito por el descubrimiento en Teulada. Me parece que habéis abierto una puerta a los amantes de la buena comida y de la cerveza compartida con los buenos amigos y, como no me pilla demasiado lejos, haré unos días de dieta antes del nuevo año para acercarme por la Marina, empar

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  14. Empar, la verdad que con este local ya no tienes excusa para no ir, quedando tan cerca de casa, jeje! Y ya sabes, si quieres compañía para bajar, avisa y allá que nos vamos todos!! Salut!

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  15. Ni lo conocía y eso que es mi terra! Me lo apunto para la próxima ocasión!

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  16. Jeje! Antonio, eso suele pasar, que algunas veces vemos más lo que hay lejos que lo que tenemos a dos pasos de casa. Saludos!

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  17. Muy buena entrada, con unas fotos que como siempre nos hace salivar a los que nos gusta la buena mesa. Buena cerveza y buena cocina, que matrimonio más bien avenido! Desde luego que no es lo que me iba a esperar en un Gambrinus. Muy a tener en cuenta el local para una visita a tierras valencianas.
    En cuanto a alguna de las cervezas comentadas, decir que la Floris de chocolate no me gustó, la verdad, aunque por la curiosidad que suscita se puede probar. Y en cuanto a las Casasola, las tengo apuntadas en mi lista. Las he visto a la venta varias veces en Cervezorama, y sé que una visita a sus instalaciones en Valladolid merecen la pena. La cervecería Europa organizó una visita a las mismas que incluía comida con un buen cordero de la tierra. Francamente apetecible, pero no pude ir. A ver si lo repiten próximamente.
    Por cierto Pau, tengo ya casi por completo tu encargo. Te daré más detalles por email. Salu2!

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  18. JAB, la verdad que es una visita obligada estando por estas tierras aunque esté algo alejada de Valencia ciudad. Por aquí tengo que reconcer que está todo bastante disperso, en muchos pueblos de las afueras de la ciudad e incluso algunos a bastantes km. Pero bueno, si te acercas por aquí no dudes en contar conmigo para una buena rutilla cervecera, jeje! Sobre el encargo, pues gracias por anticipado. Saludos!

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