Como ya adelantamos por aquí, durante la semana pasada tuvo lugar la XV Feria de la Cerveza de Cullera. Al no haber podido asistir en pasadas ediciones no sabíamos con que nos podríamos topar, pero una ligera intuición apuntaba a que sería diferente a otras ferias alemanas, pseudo-oktoberfest veraniegos y demás por el estilo, pero repito que no pasaba de una pura intuición. El hecho de que no hubiera anuncios de Paulaner u otras habituales en el cartel apoyaba dicho presentimiento.
Llegamos a Cullera un poco antes de que abrieran las puertas del Parque San Antonio, donde tenía lugar el evento y quedamos gratamente sorprendidos al ver que había mucha más gente aguardando la apertura de puertas de la que en un principio imaginábamos. Esperando con ansia desde la barrera, pudimos vislumbrar una pequeña caseta con letreros de Schneider, cosa que nos alegró y mucho (nos encantan todas las cervezas de esta cervecera bávara), además de algunos tiradores y varias telas anunciando marcas germanas típicas como Brinkhoff’s y Krombacher.
A las 21h. por fin abrieron las puertas y rápidamente nos fuimos a dar la típica ronda de reconocimiento. El recinto no era precisamente grande, con las típicas banquetas y mesas de madera en el centro, un par de pequeñas carpas con tiradores de cerveza, una caseta donde se podían comprar las cervezas en botella, un puesto de comida y un par de sitios donde hacerse con los tickets necesarios para poder pedir la comida y la bebida.
Las consumiciones funcionaban con el típico sistema de tickets. Cada uno costaba 1,60€, y para probar las diferentes cervezas hacían falta 2 o 3 tickets (3,20€ o 4,80€) para las cervezas en barril (50cl) o en botella respectivamente. En cuanto a comida, los tickets necesarios iban de los 2-4 para las salchichas (rojas, bratwurst, nuremberg o currywurst), rösti, puré de patata, chucrut, etc., hasta los 7 tickets de otros platos más contundentes como el codillo, costillas de cerdo a la cerveza o el jamón asado. Pese a no estar hablando de precios precisamente baratos, siguen siendo más reducidos que en otros eventos similares a los que hemos podido asistir, en los que lo normal es que te metan de 6 a 10€ por cada jarra de cerveza.
En cuanto a las cervezas disponibles en barril tenían Schneider weisse, Gilden Kölsch, Henninger pils, Rhenania Alt, Gerstel non-alcoholic, entre otras… ¡ah! Y una belga infiltrada, Te Deum tostada.
La oferta en botella se alejaba (al menos en un principio) de ese tan soñado número de 50 cervezas que se anunciaba en la web oficial, pero dado que varias de ellas no las conocíamos tampoco nos importó mucho. Nos encontramos con Kapuziner Weissbier así como Kristall-weizen, Augustiner Helles y Weissbier, Hacker-Pschorr Kellerbier, Schlenkerla Weizen así como Märzen, Rothaus Tannen Zäpfle, Sion Kölsch, Ureich Lager, Neuzeller Schwarz Abt, Kloster Scheyern Doppelbock, Thurn und Taxis Roggen, Klosterbräu Bamberger Schwärzla, Freiberger Pils, y algunas más que no apunté.
Para empezar a calentar elegimos Gilden Kölsch de barril, ligera, floral, con la justa carbonatación y muy refrescante, y Rhenania Alt, tostada, acaramelada y con un punto lupulado más que interesante que me gustó bastante. Ambas de trago fácil.
Aquí arriba las dos cervezas de barril con la jarra conmemorativa del evento.
Tras estas dos, que con las plácidas temperaturas no tardaron en caer, pedimos una Kloster Scheyern Doppelbock, una doppelbock sabrosa y sorprendentemente fácil de tomar, y Augustiner Weissbier, en mi opinión correcta pero poco más en comparación con otras weiss bávaras. Para acompañar pedimos un par de salchichas y unas raciones de chucrut y de puré, todo un clásico.
Al acercarnos de nuevo a escoger más cervezas nos topamos con varias y muy gratas sorpresas ya que a las anteriormente citadas, misteriosamente se le habían añadido 3 o 4 nuevas, entre las cuales relucía muy por encima una Ayinger Celebrator (sin que sirva más que de apunte, en Ratebeer la sitúan como la mejor cerveza alemana por delante de otra grande, Schneider Aventinus). Hablando con la amable señorita rubia (para no desentonar con el ambiente alemán…) me comentó que había otras muchas cervezas que irían apareciendo a lo largo de los días en que se celebraba la feria, así que lo de las 50 cervezas por lo visto no era un farol.
Ya de vuelta a las mesas, nos plantamos ante esa joyita de Ayinger que llevaba bastante tiempo esperando probar. Dentro del inmejorable aspecto exterior se encontraba un elixir que sin ningún tipo de dudas sería lo mejor de la noche, muy equilibrada, con mucha fruta, sobretodo pasas, dulzona, pero nada empalagosa y con la carbonatación nada excesiva. Además de ésta, pedimos Ayinger Jahrhundert, una Helles muy refrescante, con la inconfundible marca del lúpulo alemán y bastante cítrica. Realmente apetecible. También nos gustó mucho.
Las siguientes en caer fueron Neuzelle Schwarzer Abt, que fue con diferencia la que menos éxito tuvo, algo aguada y con unos toques torrefactos un tanto raros que no convencieron a nadie. La otra, Thurn und Taxis Roggen, una auténtica sorpresa, ya que sin esperar mucho de ella nos topamos con una cerveza sin filtrar sorprendentemente afrutada, con los típicos toques de una weizen acompañados por notas muy agradables de bizcocho. Redonda, muy sabrosa y de trago fácil.
Con la cartera medio vacía, ya que ni de lejos esperábamos encontrarnos con tantas cosas interesantes, y entonando las pegadizas y arquetípicas cancioncillas presentes en todas las fiestas teutonas (ya sabéis, Ein Prosit y compañía…), nos pedimos la última ronda de la noche, como no podía ser de otro modo, unas maß de Schneider Weisse, una cerveza de trigo que nunca falla.
El año que viene sin duda esperamos volver ya que las expectativas quedaron cumplidas con creces. Desde aquí queremos dar la enhorabuena a Cullera y a toda la organización de la Feria, impecables. Para que no se diga que todas las fiestas alemanas están curtidas por el mismo patrón. Bueno, por poner un pequeño pero, la musiquilla pachanguero-latina que alternó con un grupo bávaro de música tradicional germana durante toda la noche (pero esto ya es algo personal…).
No sé cómo puedes mantener semejante ritmo y aun así acordarte de lo que te pareció cada cerveza al día siguiente :-D! Yo me tomo 3 de estas (si no me equivoco, cada una son medio litro) y ya voy fino!
ResponderEliminarSobre el festival, al leer los precios me ha parecido bastante caro (aunque nunca he ido a ninguno), pero por lo que comentas mereció la pena :-)!
Ya es tremendo, con tanta variedad y tanta cerveza, y te acuerdas del máximo detalle!
ResponderEliminarUn abrazo pau!
Deigote, lo de mantener el ritmo, conozco a otros muchos que nos ganarían de calle...jeje! Además, ten en cuenta que muchas son cervezas ligeras así que tampoco es ninguna hazaña... ;P. Sobre el festival, si, los precios son carísimos, pero en comparación con otros eventos por el estilo a los que hemos ido (Calpe, Gandia, Alicante...) eran más baratos, pero bueno, tienes razón en que no dejan de ser muy caros. Sobre como me acuerdo de cada detalle, ahí es donde sale a relucir la libreta verde del lúpuloadicto, jaja! Sin ella probablemente no me acordaría de la mayoría de detalles...
ResponderEliminarAlberto, la verdad que nos sorprendió ya que no esperábamos tanta cosa. Y lo de acordarnos, lo mismo que le digo a Deigote, cuestión de llevar una libreta siempre encima.
Saludos!
Suena como que valio la pena, te dire que los precios no se me hicieron tan exagerados, en cualquier evento del tipo aquí en México esta igual, lo peor es que eso cuestan las cervezas macro.
ResponderEliminarSaludos desde México
Eslem, la verdad que lo de los precios es lo de siempre en ferias por el estilo, pero como también dices tú, ese es el precio de las macros, y ahí si vamos mal...
ResponderEliminarSaludos. ¡Ya he agregado tu blog!
Bueno, no he dejado de salivar, leyendo tu entrada. Qué maravillosa selección de cervezas alemanas! Y esa Ayinger Celebrator! buf! un verdadero diamante. Qué envidia (sana) me das! Con la debilidad que tengo especialmente con las cervezas alemanas y su gastronomía. A ver si se hace algo así por Madrid algún día. Sólo se hace un festival de cerveza en las Ventas, muy bien organizado, eso sí, y que no resulta del todo caro, pero sólo se dejan ver marcas más comerciales (Paulaner y Affligem, por poner algún ejemplo), y es, digamos un evento dirigido al público en general, y de fácil consumo, aunque eso no quita que se pase bien, pero nada que ver con el festival de Cullera que comentas. A ver si cunde el ejemplo!
ResponderEliminarSalu2.
JAB, soy de la opinión de que si un pueblo como Cullera puede estar 15 años seguidos celebrando un festival así, en época de crisis incluída, otros como Madrid, BCN o Valencia pueden más aún. El festival ese que me comentas de Madrid se cual es, y de hecho en Valencia se hizo otro igual, con Paulaner como jefa del cotarro... Está bien que se hagan el problema es que para nada son incompatibles con tener una carta más cuidada y no mirar sólo en forrarse. Saludos!
ResponderEliminarVaya, vaya!!! mejor de lo previsto, eh??? Menuda envidia... esto si es panorama cervecero y no lo que me he encontrado por las Canarias!!!!....
ResponderEliminarPues si tío, y para variar tu no veniste... La Ayinger, esa sobretodo una pena que te perdieras.
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