Como ya hemos contado en más de una ocasión, existen varias regiones de nuestra querida y vecina Francia que nos encantaría visitar para así disfrutar entre otras muchísimas cosas de sus cervezas. Una de ellas sin duda es la Bretaña, preciosa zona que cuenta entre sus puntales con una abundante y variada (y grasienta, sea dicho de paso también) comida. Pero no, por el momento no nos vamos a la Bretaña, aunque no será por ganas… En realidad, el post de hoy va dedicado a un local situado en un entorno inmejorable como es el centro de la ciudad de Valencia, cerca de la catedral y su vecino Micalet.
Annaik, curioso nombre bretón cuyo significado desconozco, es como se llama este espacio que funciona como crêperie bretona. Después de asombrarnos con el austero aspecto externo, nos adentramos en sus preciosas entrañas rollo que mezcla el art noveau con un punto muy extravagante. Las paredes blancas estaban cubiertas por infinidad de inscripciones hechas en colores de cera por los cientos y cientos de clientes que pasan por este sitio, las lámparas en realidad eran botellas de antiguos sifones, tenía unos cuantos carteles preciosos y el centro del local en realidad era un antiguo autobus rojo londinés dentro del cual a su vez se situaba la caja y la cocina. Muy curioso.
En cuanto al buen yantar destacaban unas maravillosas galettes (lo que vienen a ser unas crêpes elaboradas con trigo sarraceno) saladas a elegir entre 26 variedades y otras tantas dulces (pero estas con trigo blanco). Una tentación muy pero que muy sugerente. Además, sidra bretona, algunos quesos, ensaladas y un surtido más que interesante de típicos aperitivos y licores digestivos completaban la carta.
¿Pero entre todo este embrollo dónde queda la cerveza? Os tengo que ser sinceros en que a pesar de la cantidad colosal de cerveceras bretonas existentes (más de 40), en este local tan solo tenían 3 botellas diferentes, algo bastante irrisorio lo sé, pero siendo una de ellas Britt blonde, una joyita sin pasteurizar, ligera y con un punto cítrico muy interesante, además de tener una preciosa etiqueta, me doy por satisfecho. Las otras dos, Britt Rousse y Gwiniz Du (esta última elaborada con trigo sarraceno), también nos gustaron bastante.
En la foto de arriba podéis ver la Britt Blonde, Gwiniz Du y dos galettes, armoricaine (con salchicha, brie, patatas y cebolla) y tartiflette (patata, cebolla, crema de leche, queso reblochon y bacon). En la foto de abajo, Britt Rousse.
Quizás os parecerá muy poca cosa como para dedicarle un post en un blog, pero para un servidor la posibilidad de disfrutar de unas deliciosas y chorreantes galettes acompañadas de unas cervecitas poco comunes en pleno centro de una ciudad como Valencia es otra razón más que confirma que no siempre hacen falta dos o tres neveras rebosantes de rarezas para disfrutar de un momento cervecero inmejorable.
Para quienes queráis disfrutar de este peculiar local, aquí os dejo la dirección:
ANNAIK CRÊPERIE BRETONNE
C/ Bordadores, 6.
Valencia.
Ni que me leyeras el pensamiento; precisamente Bretaña es el objetivo número 1 que tendremos en cuenta para viajar el año que viene. Gastronómicamente sé que tiene mucha fama su sidra, pero no conocía ninguna cerveza bretona en concreto. Ya voy haciendo la lista para cuando vaya para allá! Por cierto, muy curioso y original el local. Verdaderamente tentador.
ResponderEliminarSalu2.
JAB, pues también es coincidencia lo de la Bretaña, jaja! Sobre cervezas tienen un montonazo de marcas (échale un vistazo donde pongo lo de 40 cerveceras).
ResponderEliminarSaludos!
Me encantan este tipo de sitios! Desde luego que merece la pena dedicarle una entrada, y dos si hace falta!
ResponderEliminarYo de birras bretonas conozco la Lancelot que la tomamos en algún lugar de Francia, por la zona del Loira, ahora mismo no recuerdo el nombre, el caso es que en aquella época no era aficionado a la cerveza (a la cerveza así de calidad me refiero, a la mítica Amstel siempre he sido -si no aficionado- al menos adicto), pero siempre he sido un poco friki y los carteles esos con caballeros medievales y cosas de esas pues como que me atrajo.
Lo malo es que no recuerdo que birra pedí, recuerdo que mi madre probó la Blanche y estaba rica pero no soy capaz de recordar la que pedí yo :S
Bueno, que vaya txapa que he pegado para no decir nada... el otro día le decía a Txolo que me tenía que hacer un blog para contar estas cosas y va a ser verdad! Me estoy convirtiendo en un abuelo cebolleta :D
Un saludo!
Por cierto, muy bueno el link a las Brasseries bretonas, a ver si algún día hago una escapada por esa zona que la tengo ganas.
ResponderEliminarPues justo me acabo de traer de Francia un pack de 6 botellas bretonas, entre las que están justo esas que comentas. La mayoría las había probado antes, pero siempre es un placer repetir.
ResponderEliminarCalamar, las Lancelot las probé en Asturias el verano pasado, y es que sus etiquetas son muuuy tentadoras, jeje! Sobre pegar la chapa y abuelo cebolleta, la solución sin duda es crearte un blog propio... jaja! Y gracias por lo del link, la verdad que los tipos se lo han currado y bien.
ResponderEliminarEmbracing, y cuales son las otras?
Excelente recomendación que tendré que probar (y mira que he pasado veces por delante de este sitio) para mi blog 'panzero'.... He vuelto!!!!
ResponderEliminarTxema, pues si, lo tuyo tiene barra... A ver si actualizas los blogs, sobretodo el panzero porque por las Afortunadas me temo que de cervecita...
ResponderEliminarPues yo no he visto nunca en directo ninguna de las 3 (de hecho, la Gwiniz Du era una total desconocida para mi), lo que también se puede interpretar como que no las he probado. Me parece un local interesante: comida distinta con cerveza distinta. Más que suficiente para un post, creo yo ;-).
ResponderEliminarBirraire, pues eso es lo que pensé yo, jeje! Y sobre las cervecitas, la verdad que se echan en falta más bretonas, alsacianas, bières de garde del norte...
ResponderEliminarYo probé estas cervezas Britt en un viaje por tierras bretonas…volvería a probarlas, y por supuesto, volvería a repetir el viaje. Me apunto este sitio para una futura visita a Valencia.
ResponderEliminarJordi, pues por lo que tengo entendido en Bretaña cualquier coleccionista ve saciada con creces su sed así que entiendo lo de repetir el viaje. Sobre Valencia, avisa si te pasas!
ResponderEliminarPues eran Celtika, Britt Blanche y Rousse, Dremmwell, Gwiniz Du y Erwann. Además 8 euretes por el pack, comprar cervezas en Francia es un placer.
ResponderEliminarEmbracing, eso si es un pack interesante... 8 euros por 6 cervezas...
ResponderEliminarSi, y además son los precios habituales para la cerveza en Francia.
ResponderEliminarLa 3 Monts que comenté el otro día en Hipos cuesta 2'5 euros (botella de 75cl), CH'TI más de lo mismo, y para que veas que no solo afecta a las marcas galas las botellas de 75cl de Leffe 8º salía a apenas 2 euros, y una Chimay blanca me costó 1'70 euros.
La verdad es que no acabo de entender muy bien que pasa en este país, si los salarios son más bajos no me acaban de cuadrar los precios de la cerveza artesanal en comparación con los de Francia o Alemania. No sé si es que hay intermediarios sacando un rendimiento del 100% por botella, o simplemente como por el momento la gente lo paga se pide lo que quiere. (esto último me extrañaría, los dos casos de tiendas que conozco su beneficio depende de céntimos)
Embracing, los precios que me cuentas son irrisorios... Menuda vergüenza nuestro panorama! Yo tampoco entiendo esta situación.
ResponderEliminarEn cuanto a las cervezas de fuera (extranjeras), las tiendas que conozco más a fondo meten márgenes cortos pero en cuanto a las artesanas te tengo que decir que no siempre se cumple esta situación. Sobre Valencia, que es lo que conozco más a fondo, hay una micro que los artesanos la venden a 1€ a las tiendas y estas las venden al público entre 1,90 y 2,10. Supongo que será por compensar las ventas más reducidas de estas pero lo jodido es que entonces se hace lo mismo que con tantos productos de la huerta, donde el agricultor no gana a penas nada...