23 sept 2013

“Mi Beerano Cervecero 2013”: la crónica.


Hoy es 23 de septiembre, día en el que el verano da paso al otoño en el hemisferio norte, pero también es la fecha alrededor de la cual gira Mi Beerano Cervecero, una patillada interbloguera a la que muchos no dudasteis un segundo en uniros y por ello os lo vuelvo a agradecer enormemente.


Por lo que he podido leer en unos cuantos blogs impacientes que no pudieron esperar al pistoletazo de salida del #MBC13, muchos han relatado con todo lujo de detalles lo que ha dado de sí su verano a nivel cervecero pero tal y como os comentaba en la convocatoria, esta no era ni mucho menos la única opción posible. De hecho en mi aporte al #MBC13 os voy a hablar de dos momentos que fueron muy especiales y que podrían funcionar perfectamente como instantáneas que resuman un verano como siempre intenso a nivel cervecero aunque este año quizás menos variado que los anteriores en cuanto a estilos probados, reafirmándome en una especie de huida de modas y rimbombancias para disfrutar de la cerveza sin más.

Este ha sido mi verano de la baja fermentación ya que el viaje a Alemania me ha hecho reencontrarme y reenamorarme de esas cervezas tantas veces denostadas y tratadas de simples y aburridas que son las Lager. Un viaje de menos de dos semanitas ha sido más que suficiente para dejar bien aparcados esos lúpulos yanquies, los IBUs, dry-hoppings y fresh hops entre otros artefactos similares para valorar la grandeza de lo bebible, lo sutil, esos lúpulos nobles, las ricas Helles, Zwickel, Landbier, Kellerbier y un buen puñado más de estilos tan poco frecuentes por nuestras tiendas y también para maravillarme ante la asombrosa naturalidad de una sociedad tan cervecera como la alemana frente a una bebida que aman pero que ni mucho menos sacralizan o rodean de artificios banales como nosotros.

Yendo al grano, el primero de esos momentos que os decía fue la visita al Hirschgarten de Munich. Y es que ver a tantas familias o grupos de amigos con sus cestas de comida traída de casa e incluso sus propias jarras personalizadas, con una sorprendente familiaridad entre todos generando un ambiente envidiable, algo tan alejado de la imagen tan áspera y desabrida que nos empeñamos en asociar a los alemanes y por otro lado alucinar ante esos armarios de madera de repletos de centenares de jarras esperando a ser elegidas antes de recibir ese caldo de dioses que es la mayestática Helles de Augustiner Brauerei servida de unas asombrosas barricas de madera… Es sin duda una de las mejores experiencias relacionadas con la cerveza que he podido disfrutar y en las que sorprendentemente tan poco importaba lo que había dentro del vaso, pese a que, como no me cansaré de repetir, tenía un nivel muy por encima de cualquier otra lager rubia que había probado anteriormente. Según me contaba Diego, esta experiencia tan placentera por lo visto se podría definir con la palabra "gemütlichkeit" (algo así como una situación de comodidad, bienestar y sensación de pertenencia o aceptación social) aunque yo lo llamaría un regreso a lo sencillo y a lo verdaderamente importante que nunca deberíamos dejar de lado por altaneras y seductoras que sean las voces que últimamente rodean a nuestra querida cerveza.

Esto sí es un armario para jarras...

Compañía inesperada mientras te tomas una birra cualquiera...


Si la experiencia en el Hirschgarten fue inolvidable, no menos apasionante fue volver unos cuantos años después a Hopfenland, aunque esta vez pisándolo y no viéndolo simplemente desde la fría distancia de una ventanilla de autobús.

Ésta foto, aunque muy mejorable, me trae muy buenos recuerdos...

Para quienes no sepan de lo que hablo, Hopfenland es la mayor zona productora de lúpulo de toda Alemania y según algunas fuentes también de todo el mundo. Desgraciadamente allí pudimos comprobar algo que había leído semanas antes del viaje, y es que una tormenta con granizo había afectado a gran parte de los campos de la zona sur, en algunos casos simplemente retardando el crecimiento de nuestras queridas florecillas pero desgraciadamente en otras partes lanzando a perder casi toda la producción. Aún así, la mala noticia no empañó un ápice esa grata sensación de poder pisar esa tierra histórica en la que crece el noble lúpulo Hallertau, rodeado de poblaciones tan ligadas a la cerveza como Abensberg y su Kuchlbauer Brauerei, Kelheim con Weltenburg y Schneider, o Freising y la histórica Weihenstephan, entre otras. Sin duda es algo que difícilmente puedo explicaros con palabras.





Y aunque el viaje por Baviera dio para muchísimo más como bien podréis leer por el blog durante las próximas semanas, y el verano a nivel cervecero también, especialmente en forma de una gratísima noticia que os contaré en muy pocos días, con estas dos experiencias tan reconfortantes doy por terminado mi post del “Beerano Cervecero”. Ahora espero con muchas ganas vuestras batallitas “beeraniegas” y nuevamente os doy las gracias porque tantos de vosotros decidierais tomar el testigo y participar en esta patillada inter-bloguera.

25 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo, nunca hay que olvidar que la cerveza se hace fermentando malta :-)
    Me encantan las cervezas lupulizadas, como las que estoy catando por tierras americanas, que dejan un regusto muy bueno y duradero.
    Pero hay que tener cuidado con no perder el equilibrio, como está pasando demasiado según las tendencias actuales.
    Evidentemente, esto da para un debate bien largo... con cerveza en la mano.

    Otra cosa: 5 ó 6 metros de altura. Eso sí que es un lúpulo como debe ser.
    FermentandoMalta.

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    1. Jejeje! Martín, malta pero tampoco olvidar lo que para mí es la clave: el agua y la levadura.

      Ponte las botas por tí y por los envidiosos que nos quedamos a este lado del Atlántico y ya nos contarás batallitas, jejeje! Por supuesto con unas cervezas en mano... ;)

      Y los lúpulos estaban por crecer... Imagínatelos repletos de flores maduras...

      Un abrazo!!

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  2. Hace una semana y pico volvimos por allí después de las vacaciones y había (entre otras cosas) una familia celebrando algo que se había traído hasta unos candelabros de casa (además de manteles, tablas de cortar y embutidos, que es bastante habitual). Ayer, un grupo de amigos usó una de las jarras para colocar unas cuantas rosas como decoración de sus mesas. Y todas las veces que hemos estado hemos disfrutado viendo parejas de abueletes con el pelo blanco y sus maß de cerveza (quién dijo que la tercera edad no puede disfrutar de la cerveza :-D?) y un número bastante alto de gente sola, con una jarra y no haciendo otra cosa que dejar pasar las horas en paz.

    En fin, un sitio fantástico que descubrí casi por casualidad! Un placer haber compartido unas birras allí con vosotros :-D.

    La foto en los campos de lúpulo es genial, parecéis hobbits!

    PD: por cierto, no tiene la menor importancia, pero para la siguiente, si la hay, te falta una a en el título de mi blog ;-).

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    1. Si es que es leerte batallitas y todavía me entra más morriña por volver a este templo cervecero... :D. Lo más sorprendente es ver que nadie habla de él, y que todos van como cabestros a la dichosa Hofbrauhaus... En fin, espero que no cambie la cosa y se llene de turistas que alteren ese maravilloso edén. Un enorme placer que nos lo descubrieras y compartir velada y birrotes contigo allí!!

      La foto del campo de lúpulo, gracias a tí, que fuiste quien la sacaste, jajaja! Y lo de la marca de agua, mil disculpas, tenía asumido que es escribía sin esa "a"... :(.

      Un abrazo!

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  3. Viva el lúpulo, viva las lager, viva la cerveza y viva el verano!!! Perdón el Beerano!!!
    Txema, uno de los impacientes

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    1. Jajaja!!! Qué viva todo eso y los proyectos venideros ;)...

      Un abraç!!

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  4. Anda que te lo has pasado mal por Baviera jejeje.
    Me alegra que dieras protagonismo a las cervezas alemanas, ultimamente como bien dices estaban demasiado olvidadas y denostadas por el lado amargo.
    Muy buena iniciativa.
    Saludos Pau!!!!

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    1. Buenas Gonzalo!

      Pues sí, mal pero muy mal lo pasamos por Baviera... ;-). Lo que comentas del protagonismo del lúpulo con respecto a todo lo demás es algo de lo que estoy un poco harto (aunque el nombre de este blog indique lo contrario...) así que voy a hacer todo lo posible por cambiaros la forma de pensar a base de muchos mensajes subliminales, jajaja!! Muchas gracias y saludos!!

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  5. Grandes momentos en una zona con grandísima cultura cervecera, enhorabuena!
    Yo también fui un impaciente jejeje, realmente tenía en la cabeza que había que postearlo una semana antes de acabar el verano para que hicieras el resumen justo cuando acababa, pero revisando el post ya vi que no era asi :P
    Muy buena la iniciativa :) saludos!!

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    1. Jejeje! No pasa nada, Cristóbal. De hecho en la convocatoria os dejé claro que no importaba si los post salían antes o después, solo comentaba lo de los impacientes porque fuisteis más de los esperados los que os adelantasteis, jejeje! Gracias por tus palabras y saludos!!

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  6. Grandísima contextualización antes de entrar en materia :-). Y en cuanto al contenido de tus dos instantáneas de Beerano, ¡qué decir! Esa imagen en la plantación de lúpulo es para ampliarla y colgarla en el comedor.

    Salut i enhorabona!

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    1. Destacable, por cierto, lo distintos que son tu post y el mío; ¡pero que fondo tan similar tienen!

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    2. Bones Joan! Una vez leído tu post entiendo lo que comentas del parecido en el fondo de nuestros post... Ni pensándolo conjuntamente nos sale así, jejeje! Gracias por tus palabras! Salut company!

      P.D. Lo de la foto para el comedor será algo a tratar en la próxima reunión familiar... XD

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  7. Menuda envidiaca todo el viaje en general pero sobre todo el tema del Hopfenland, me encantaría poder visitarlo, tiene que ser una sensación muy chula estar ahí rodeado de semejante inmensidad "lupuliana".

    Genial Pau! Saludos!

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    1. Ufff... Hopfenland... Teniendo Alemania tan cerca yo recomendaría a todo buen cervecero visitar esa zona al menos una vez en la vida... Una pasada, con decenas de cervecerías interesantes, pueblos realemente bonitos... Un placer, vamos! En mi caso tenía la espinita clavada de haber pasado por la autovía que la cruza con un autobus hace años y quería volver si o sí, jejeje! Un saludo!!

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  8. La foto es sensacional... empar!!!!

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  9. CARIÑO, HE ENCOGIDO A LOS......¡LUPULOADICTOS! JAJAJAJA, QUE CANIJOS COMPARADOS CON LOS MATOJITOS ESOS JAJAJA. UN SALUDO NEN!

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    1. Jajajaja!! Nos falta el anillo del poder y ya puede empezar el rodaje de El Hobbit en Hopfenland... XD. Otro saludo para tí!

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  10. Muy interesante tu entrada para el MBC2013, crónicas aparte del viaje que hicísteis por aquellas tierras. Crónicas de las que me confieso lector 'envidioso' como todas aquellas que postean otros bloggers.

    Impresionante foto la del lúpulo. Una visita que sin duda alguna ya figura en mi lista como un 'must' el día que nos animemos montar un viaje por allá.

    Un abrazo.

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    1. Muy buenas Jose!

      Jejeje! Eso que comentas de las envidias, mejor no te digo nada al respecto de todos esos post sobre intercambios y jornadas con ratebeerianos... ;-). Si es que al final esto de los blogs no puede ser sano, todo el día babeando, jejeje! Gracias por tus palabras y para lo que necesites en un futuro viaje a la zona ya sabes...

      Otro abrazo para ti, maestro!

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  11. Es un viaje que tenemos pendiente, ya me imagino que volviste cargado jejeje.

    He propuesta a mi padre plantar lúpulo y le he avisado que crece pero como vea esa foto fijo que se me echa para atrás :P

    Un abrazo!!

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    1. Cargado?? Yo?? Qué va!! ;-)... casi no cabían las maletas... Jajaja!! Lo de plantar lúpulo, yo también he plantado en mi casa y te aseguro que según la variedad y el clima la foto se queda corta, jejeje!! Aún así a ver si os animais, tanto con plantarlo como sobretodo con el viaje, una pasada de país y de región! Un abrazo!!

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  12. Bonita experiencia. Esos campos de un lúpulo tan mítico como el Hallertau! Como detalle decir que entiendo la sorpresa de compartir birra con un ciervo pero llamándose el lugar Hirschgarten, era de esperar, ya que Hirsch en alemán es ciervo ;) jejeje. No me pienso perder ninguno de tus posts-crónica sobre ese viaje a Baviera, un destino muy recomendable, cerveza al margen. Un abrazo Pau!

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    1. Una pena que lo único que faltara en esos campos fuera el lúpulo... Solo flores pequeñísimas :(. Aún así una auténtica pasada. Lo del Hirschgarten, pues lo cierto es que ya conocía la traducción (de hecho en el post de Munich lo comenté), pero gracias por el apunte, Juan! Comparto tus palabras sobre Baviera, enorme en todos los sentidos! Un abrazo!!

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