Ah… ah… achouuufffeee!!

No, no me he pillado ningún resfriado (en realidad convivo con uno desde septiembre hasta prácticamente verano…). El mini-post de hoy tiene como claro protagonista uno de esos pequeños placeres de la vida.

Sin más rodeos, ¿me podríais decir si hay algo más rico que tomarse una taza de café bien cargado una tarde realmente fría, con un buen libro entre manos, sentado delante de una maravillosa lumbre y sin darte cuenta de cómo pasan las horas? Se supone que todo este rollo va encarado a que respondáis que no, pero para aquellos a los que esta maravillosa infusión torrefacta no les cautive en exceso y tampoco quieran caer en una recurrente y socorrida imperial Stout “acafenada” (que por otro lado tampoco está nada mal, qué queréis que os diga…), os propongo tomar lo de la siguiente foto…

Sí, reconozco que no se aprecia esa maravillosa lumbre citada unas líneas más arriba (el mundo y sus imperfecciones…) y que en su lugar hay una barra de bar (que bien mirado puede llegar a estar tanto o más agitada que las llamas de una lumbre…). Se trata de unas copitas de Chouffe Coffee Liqueur, que no es nada más y nada menos que un licor elaborado con una base de Esprit d’Achouffe (un brandy obtenido a su vez de la destilación de cerveza Chouffe de 5 años), extracto de café natural y una pizca de la cerveza Mc Chouffe.

Servido caliente (según reza la etiqueta, a 60ºC como mucho) y recubierto con un poco de nata montada y sirope de chocolate es una auténtica gozada. Pero si queréis ir más allá tal y como nos lo sirvió el maestro Javi Quintana, una de las dos cabezas pensantes de nuestra primera cervecería, y le dais un flameado antes de echar la nata, sin duda esos 25% de alcohol dejarán de ser una pobre excusa.

Si ya lo decía el sabio... 
Se cambia mas fácilmente de religión que de café…

P.D. Esta tarde nos vamos a Barcelona, más concretamente a Mataró, ya que siendo vísperas del Fes-t'hi un servidor no podía dejar pasar la ocasión de hacer una nueva escapada extra a ese templo de perversión cervecera llamado The Drunk Monk. Ya os contaremos qué tal el intenso fin de semana cervecero!