El viernes ya antícipabamos por aquí que nos esperaba un fin de semana cerveceramente intenso y realmente interesante. Primero, el sábado, un interesantísimo festival de cervezas de invierno en Vilanova i la Geltrú, pero para aprovechar el viaje más aún decidimos subir a Mataró el día antes. Y es que 400 y pico kilómetros conforman una muralla demasiado frágil sabiendo el maravilloso palacio que espera allí: The Drunk Monk.
Hace ya unos meses conocimos este increíble edén, sus infinitas neveras rebosantes de rarezas en continua rotación, 6 barriles también itinerantes (algunos de ellos bastante raros de ver por nuestros bares como Alvinne Morpheus Extra, G.D. Yeti o Abbaye des Rocs Noel), una decoración que cualquier aficionado a lo belga y más aún a la breweriana desearía para sí… En fin, algo impresionante. Pero la razón que hace que todo esto tome sentido y que esta cervecería vaya mucho más allá de ser un lugar en el que simplemente tomar joyas líquidas, se llama Sven, el capitán de la nave.
Sabida es que la carta de este local está repleta de cerveza belga, pero… ¡y qué belgas! Muchas desconocidas, ediciones limitadas o tiradas especiales… A todo esto, y respecto a la última vez, había incorporado cerveza de Dinamarca, Suecia, Japón, algunas BrewDog menos comunes y un largo etcétera. Así que el plan que llevábamos más o menos preestablecido de cuáles iban a ser las cervezas elegidas esa tarde (sí, previniendo lo que nos venía encima teníamos algunas apuntadas…) se fue rápidamente al traste.
Empezamos eligiendo una Etoile du Nord, una francesa de la Brasserie Thiriez, y una belga de etiqueta llamativa. De la primera ya lo anticipa la etiqueta, el lúpulo como protagonista, refrescante, piel de pomelo y cítricos por doquier, ligera pero amargor pronunciado. Muy rica, la verdad. La belga, una Zonderik Donker, realmente muy seductora en nariz, y en boca con mucha fruta, pasas y ciruelas, sobre una base más maltosa, con regaliz y toffee, y algo de licor y un contrapunto mínimo de chocolate. Ambas, una forma excelente de empezar una larga (muuuuy larga) velada.
Antes de terminárnoslas se nos unió Sven a la mesa y después de un rato más que interesante de charla trajo otra francesa de la misma casa que la anterior, en este caso La Rouge Flamande, de aspecto precioso, y ya en boca con predominantes notas a frutos rojos y un interesante punto ácido. Ligera y de trago sorprendentemente fácil.
Hablando del panorama artesanal de aquí (una charla realmente interesantísima), Sven volvió a tirar de armario y se sacó una Krut Brune, una artesana de Barcelona, para que le diéramos opinión. Sobre el papel no estaba mal, con unas notas a frutos secos sugerentes y una base malteada interesante, pero quizás se echaba en falta algo más de fondo y cuerpo para terminar de convencer.
Seguidamente, y viendo que la tarde se iba a hacer larga, pedimos una tabla (enorme) con 4 quesos belgas entre los 14 distintos que tenían: Chimay a la bière, un clásico; Watou Special, de pasta semidura y sabor suave; Remoudou, espectacular aroma y sabor intenso; y finalmente un Ardenner elaborado con jengibre, pimientas y pimentón, un queso verdaderamente increíble, rebosante de notas especiadas y con infinitas posibilidades de maridaje. Abajo podéis ver el plato.
A continuación Sven fue a la pequeña pero interesantísima nevera de perversión lámbica (que uno de estos días sin duda voy a tener que llevarme en una furgoneta…) y se sacó una Girardin Black Label 1882 en botella de 75cl. Una auténtica bestialidad de cerveza, simplemente perfecta. Seca y áspera, cítrica… bueno, ya sabéis, las típicas notas de una buena gueuze. Una de las mejores del estilo que he probado sin ningún tipo de duda. ¡¡A-CO-JO-NAN-TE!! (ah… y servida a temperatura perfecta, como debe ser…).
Tras charlar de lo humano y lo divino con Sven mientras disfrutábamos de la perla anterior, el capitán nos dejó por un momento. Así que los dos lúpulos seguimos con los “deberes”. En primer lugar elegimos una De La Senne Zinnebir X-mas, muy sugerente en aspecto, ligeras notas tostadas en nariz y en boca un sorprendente e interesante toque lupulado algo cítrico, que sin duda no aparentaba por el color. Más de fondo aparecen de nuevo las notas tostadas, y muy poco especiadas. Cerveza alejada del típico modelo de cerveza belga de navidad rebosante de notas dulzonas y alcohólicas. Por lo visto, cada año cambia la receta ligeramente.
Para hacer compañía de mesa a la anterior pedimos otra belga, la ZonderiX Tripel (¿se nota que coleccionamos etiquetas?), en este caso una tripel acaramelada, típicamente afrutada (melocotón, uva…) y especiada. Sin duda es la que menos me gusta de las 3 que conocemos de la casa (la otra, Zonderik a secas, la probamos en la anterior visita). Aunque también he de reconocer que es muy aventurado dar una opinión tras todas las anteriores cervezas… ;P
Cuando aún no nos habíamos terminado las dos anteriores, volvió a venir Sven con una sonrisilla sospechosa y con una joya en la mano de esas con las que cualquier enamorado del lúpulo sueña: la Stone Arrogant Bastard. Una auténtica barbaridad lupulada con un fondo malteado muy sabroso y que contrarrestaba maravillosamente tanta florecilla verde. La sacó de la bodega prácticamente (o sin el prácticamente) a temperatura ambiente, cosa que se agradeció a nivel expresivo. Sin duda esta barbaridad podria estar entre mis 10 cervezas americanas favoritas. ¡Que viva el lúpulo tan bien compensado!
Viendo el inesperado panorama nos decidimos por unas hamburguesas (¡maldita sea la hora que no las pedimos la anterior vez…!!). Magníficas de todas, todas. ¡Esto si que es una buena hamburguesa de ternera, jugosa, tierna y sabrosísima! Se me pone la piel de gallina recordándola y siento mucho no tener una foto medio decente con qué daros envidia…
Y así, entre mordisco de hamburguesa, sorbo de Arrogant Bastard y un fondo de Rolling Stones, Police y Gun’s & Roses, llegaron Javier Aldea, Sami de Humalabeer y algunos amigos más.
A su llegada, Javier trajo consigo la segunda cerveza que lanza, la Palotes Factor de barril, una amber ale afrutada (pomelo, melocotón, mango…), de trago fácil y rebosante de lúpulo, con un amargor muy pronunciado (desbordante me atrevería a decir). Cerveza para tomarte varias pintas perfectamente.
Seguidamente, y con las neveras haciéndosenos cada vez más cuesta arriba, nos pedimos una Troubadour Magma Special Ed. 2011 Cascade Hop de 75cl., pensada para el mercado americano. La verdad es que nos gustó muy mucho, aromática, rebosante de lúpulo (menuda nochecita, y para que digan que en un bar belga todo es dulzón…) pero con la base malteada típica de una belgian IPA. Tengo que reconocer que la elegimos un poco tarde, ya que después de tanto lúpulo extremo se quedó algo comedida. Sin duda queda pendiente de reprobar ya que la Troubadour Magma “normal” me gusta y mucho.
Por si la noche no tenía ya bastante marcha, los compañeros de mesa decidieron abrir algunas de las cervezas que elaboran, la Humala Columbus IPA, de Sami (Humalabeer), y la Undead Imperial IPA, de Javi Aldea. De esta última ya hablamos no hace mucho así que solamente me queda añadir que está riquísima, qué quereis que os diga. En cuanto a la Humala Columbus IPA, por desgracia solamente puedo decir que apuntaba maneras pero le faltaba todavía un poco de tiempo en botella. A ver si tenemos oportunidad de reprobarla en perfectas condiciones.
Después de bebernos estas dos, y con el recorrido hecho hasta el momento, decidimos dar por cerrada la noche y despedirnos del resto de compañeros, ya que al día siguiente íbamos a coincidir de nuevo en Vilanova. Así que el resultado final fueron algo más de 6 horas de “batalla hepática”, desde las 18.30h. hasta casi la una de la madrugada. Una auténtica locura digna de unos enfermos por la cerveza. Y lo mejor de todo es que lo pasamos tan ricamente sin darnos cuenta de cómo se fulminaban las horas.
Solo quiero agradecer una vez más el trato recibido a Sven, ya que nos sentimos (otra vez) literalmente como en casa. Se nota cuando alguien tiene un negocio porque es una pasión que lleva dentro, sin la cual no sabría vivir, y eso lo cambia todo. No hace falta más que verlo saltando de silla en silla compartiendo cervezas con la gente de las diferentes mesas. Y por si no tuviéramos bastante con todo ello (razón más que sobrada para pimplarnos esos kilómetros en coche tantas veces como hiciera falta), encima tuvo el detalle de regalarnos para llevar a casa una Rodenbach Vin de Ceréale envejecida desde 2004. Un broche de oro sin el cual, repito, la impresión hubiera sido igualmente maravillosa. Un 10 para Sven y el resto del equipo (las camareras, ¡impecables!). No me extraña que hace tan solo unos meses lideraran el listado de bares en Ratebeer.
Ya para cerrar, solamente me queda deciros a aquellos que tengáis la suerte de vivir cerca de este templo, que no sabéis la suerte que tenéis. Yo sin duda ya se qué pedir este año al rey Baltasar (igual aún se acuerda de mí…): un Drunk Monk y un Sven al lado de casa! Familia, seguro que nos vemos muy pronto (Rosana se comprometió… ^^).
A la próxima tenemos que coincidir... y pedirle a Sven que abra a las 10 de la mañana... Reservar hotel en Mataró y empezar a vaciar las neveras... Dios!!! Que atracón!!! Me duele el higado sólo de leer el blog!!!! y el alma por habérmelo perdido!!!
ResponderEliminarTxema, dalo por hecho que otra vez tenemos que subir juntos. Lo del hotel, totalmente imprescindible, y lo de abrir a las 10, ni en broma, me dejo la herencia aún no heredada... Lo dicho, la próxima te ato al asiento y no te me escapas!
ResponderEliminarPues lo de las 10 de la mañana no me parece mal, si lo conseguis, avisadnos, porque la vez que estuvimos, abrimos y cerramos el bar y nos tuvieron que echar a patadas, cosa que no me preocupa, porque veo que es bastante habitual en esta cervecería...
ResponderEliminarViendo el percal, seguro que si voy a visitarlo también lo cierro. Muy buen post y excelentes fotos. Auténticas delicias difíciles de encontrar en otros lares. Se me hace la boca agua, y como dice el compañero, el hígado también se resiente de sólo pensarlo, jejeje. Salu2!
ResponderEliminarPasamos un buen rato, Sven es un crack y además tienen pinchada mi cerveza en draft, qué más se puede pedir!!
ResponderEliminarIker, hombre, si nos ponemos entre unos cuantos, hacemos el papelón recogiendo unas firmas y montamos un referéndum pro-cervecil... igual convencemos entre todos a Sven de que abra un sábado a las 10 de la mañana, jaja!!
ResponderEliminarJuan, la verdad que rarezas había unas cuantas... Si no llega a ser por el cansancio del viaje en coche y que estuvimos bebiendo toda la tarde aún estábamos sentados allí, jaja!
Javi, se me pasó lo de las etiquetas! Menuda cabeza... Tanto insistirte y finalmente te las llevaste para Vitoria ;(
Con el festival que os habéis pegado este finde, debéis estar bebiendo zumo de limón durante un par de días!! Después de leer dos post sobre Sven y su cerveceria, ya tengo ganas de pasarme por Mataró.
ResponderEliminarEsa Girandin me ha puesto los dientes largos, tiene una pinta brutal. Como también el tomar Yeti de barril, como también la Rodenbach, como... vamos, que me muero de envidia y sed.
ResponderEliminarPues lo mío no tiene perdón, porque me cae, hasta cierto punto, cerca y casi no recuerdo la última vez que estuve allí. Demasiados "y si vamos al Drunk" y poca efectividad. Estas Navidades voy a tener que fustigarme como castigo, y luego establecer una frecuencia mínima de visita... El problema lo tengo para engañar a alguien a que se venga a dejarse su paga conmigo :-P.
ResponderEliminarVictor, la cerveza queda prohibida hasta nueva orden, jaja! Encima con las navidades encima... jeje! Sobre Mataró, te digo lo que a Txema, como yo solo busco excusas para volver a subir, cuando tengas tiempo avisa y nos subimos juntos!
ResponderEliminarHugo, esta Girardin gueuze es que es algo demasiado, buff! Y mira que soy fan de Cantillon, pero en ocasiones no hay color.
Joan, me parece que tendrás que unirte al grupo de fustigamiento cervecil que ya conozco, porque no sois pocos los de BCN y alrededores que por una u otra razón siempre se os queda esa visita en la recámara... Y yo, 400 y pico km al sur, deseando encontrar fechas para volver... Anda que ya os vale, jaja! ;P
Señor pero que buena velada dios mio, cervezas muy interesantes, yo tengo muchisimas ganas de probar esos quesos, recuerdo que por ahi de julio, agosto, tenia pensado hacer un encargo pero los de la pagina me dijeron que en verano no recomendaban hacer envios (por el clima obviamente), era algo de thebelgianshop.com. Ahorita en invierno ya me estoy imaginando esos quesos maridarlos con una chimay, maredsous, rochefort wow! se me hace agua el paladar jaja. Sabes tu de alguna pagina confiable para pedir online unos quesos?? Saludos, muy buen post como siempre!
ResponderEliminarMiguel, lo de este tipo de quesos también es mi obsesión desde hace un tiempo. Conozco algunos que los mueven por aquí pero creo que es solo por España así que siento no poder decirte más. En webs no controlo ninguna que los mueva, pero puedo preguntar a gente. Si quieres mándame un mail y lo hablamos con más tranquilidad.
ResponderEliminarLo del maridaje, aunque evidente, no deja de ser maravilloso como dices tu con alguna Rochefort y demás cervezones belgas. Me alegro que te haya gustado el post! Saludos!
Que bacanal cervecera, tremendo. De todas si tuviera que elegir una sola sería la Arrogant de Stone - que catalogo tienen : IPA, Ruination IPA, etc , a cual mas sublime los de Stone-.
ResponderEliminarQue tal de precio la velada ? si no es indiscreción por cuanto salió para calcular el gasto en mi visita futura con mis amigos.
Un saludo de Rafa
Rafa, el precio de la velada lógicamente depende mucho de lo que elijas. En nuestro caso, como puedes ver, pedimos muchas cervezas y alguna de ellas tiene un precio elevado (ojo, que no caro, porque hablo de rarezas, cervezas limitadas o difíciles de conseguir y eso ya tiene un precio de base). Hazte una idea de que los precios de la mayoría están más o menos como en otras cervecerías decentes que seguramente puedas tener cerca (no se donde vives ;P), la diferencia la marcan que muchas son cervezas que no las tienes en otros sitios.
ResponderEliminarSaludos!
Parece ser un lugar excelente. Lástima que desde Argentina es un poco lejos!!
ResponderEliminarMuy buen blog dicho sea de paso.
Saludos desde Cerveza Barroc.
www.cervezaBarroc.com.ar
Cerveza Barroc, me temo que desde Argentina el viajecito puede ser bueno, sí... ;P. Me alegro que te guste el blog! Saludos!
ResponderEliminarUf Pau, menuda entrada. Desde luego, leyendote dan ganas de ir al Drunk Monk. Yo, viviendo en Barcelona tan solo lo he visitado 2 veces. Eso si, la última cayó una Girardin, pero no la que tu probaste, y una Alvinne Balthazar que me impresionó. Y sobre los precios...probar las 6 cervezas que tiene de tirador cuesta 12€. Está muy bien, ¿no? En fin, que cuando vuelvas avisa y será una excusa perfecta para volver, jaja.
ResponderEliminarUn saludo
Crossfield, es que el Drunk es mucho Drunk, jeje! La verdad que releyendo en post a mi también me dan ganas de volver, jeje! Pues no conocía eso de probar las 6 de tirador por 12€. ¡¡Eso es una ganga!! Sin duda, cuenta con que la próxima que suba avisaré!! Saludos!!
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