Si ayer os hablaba de Maudite, hoy le toca el turno a otra cerveza de Unibroue, también bastante conocida: La Fin du Monde.
País: Canadá.
Fabricante: Unibroue.
Estilo: Ale triple. ABV: 9%. Volumen: 33cl.
Esta cerveza vió la luz en 1994 a imagen de las triple belgas. Por añadir alguna curiosidad sobre su elaboración, estuvieron 18 meses investigando con una cepa de levadura con la intención de emular la efervescencia tan afamada de la champaña francesa. Además, y según ellos, fue la primera cerveza tipo trapista belga hecha en Norteamérica, cosa que respeto, pero en mi opinión es un claro eslogan comercial (sin que esto le quite mérito a la cerveza).
El nombre de esta viene como homenaje a aquellos primeros exploradores europeos que creyeron haber llegado al fin del mundo cuando se encontraron con América, y de ahí la hermosa etiqueta.
En cuanto a la cerveza en sí, posee un color miel y una espuma blanca cremosa de persistencia media. De aromas destacan las notas cítricas acompañadas en menor grado por otras notas especiadas y ligeramente picantes. En boca, sobresalen en primer lugar unas notas amargas que acaban siendo sustituidas por otras más afrutadas y cítricas. Sensación en boca untuosa (ayudada por notas de levadura) pero no por ello deja de ser tremendamente refrescante y cítrica, con la carbonatación muy bien integrada.
La impresión general es bastante buena. Se parece a una triple belga en lo de la cremosidad y complejidad, pero carece de esas notas más dulzonas propias de este estilo belga. En mi opinión cerveza muy refrescante y sabrosa. Recomendable para aquellos que estén cansados de esas belgas algo empalagosas y dulzonas.
País: Canadá.
Fabricante: Unibroue.
Estilo: Ale triple. ABV: 9%. Volumen: 33cl.
Esta cerveza vió la luz en 1994 a imagen de las triple belgas. Por añadir alguna curiosidad sobre su elaboración, estuvieron 18 meses investigando con una cepa de levadura con la intención de emular la efervescencia tan afamada de la champaña francesa. Además, y según ellos, fue la primera cerveza tipo trapista belga hecha en Norteamérica, cosa que respeto, pero en mi opinión es un claro eslogan comercial (sin que esto le quite mérito a la cerveza).
El nombre de esta viene como homenaje a aquellos primeros exploradores europeos que creyeron haber llegado al fin del mundo cuando se encontraron con América, y de ahí la hermosa etiqueta.
En cuanto a la cerveza en sí, posee un color miel y una espuma blanca cremosa de persistencia media. De aromas destacan las notas cítricas acompañadas en menor grado por otras notas especiadas y ligeramente picantes. En boca, sobresalen en primer lugar unas notas amargas que acaban siendo sustituidas por otras más afrutadas y cítricas. Sensación en boca untuosa (ayudada por notas de levadura) pero no por ello deja de ser tremendamente refrescante y cítrica, con la carbonatación muy bien integrada.
La impresión general es bastante buena. Se parece a una triple belga en lo de la cremosidad y complejidad, pero carece de esas notas más dulzonas propias de este estilo belga. En mi opinión cerveza muy refrescante y sabrosa. Recomendable para aquellos que estén cansados de esas belgas algo empalagosas y dulzonas.
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