Hoy
quiero compartir con vosotros un post algo distinto a lo habitual ya que el que
el protagonista, como bien anticipa el título del post, es ni más ni menos que el
pimiento. ¿Que por qué? ¿Y por qué no? Puede que todavía sean un tanto exóticas
de ver, pero cada vez son más las referencias que incorporan diferentes
variedades de pimientos en su elaboración y cada día tienen más seguidores. El
mundo de los pimientos es verdaderamente amplio y si a eso le sumamos la gran
variedad de cervezas que se pueden elaborar nos encontramos con un gran abanico
de posibilidades por explorar.
Botánicamente
hablando, los chiles (nombre genérico utilizado principalmente en Sudamérica
para todos los pimientos, tanto las
variedades picantes como las no picantes) pertenecen al género Capsicum y dentro de este se encuentran
también los ajíes, los pimientos y las guindillas. Todos ellos proceden de
América, aunque hayan proliferado todo tipo de variedades por todo el mundo
después de su llegada a Europa. Algunas variedades de Capsicum son picantes por contener una sustancia química llamada
capsaicina o algunos derivados de esta, conocidos comúnmente como
capsaicinoides. Una mayor cantidad de estas sustancias en el fruto provocará
una mayor sensación de picante al ponerlo en la boca y existe una unidad para
medir la intensidad del picor de los chiles y pimientos, llamada Scoville
(SHU). Los chiles conocidos hasta el momento se mueven entre los cero Scoville
para las variedades no picantes y los más de un millón de Scoville para las
variedades más fuertes del mercado.
Ya
las primeras sociedades precolombinas elaboraban una bebida fermentada a base
de pulpa de cacao a la que añadían chiles, resultando una bebida bastante
amarga y picante y que solía ser tomada por la realeza o en ocasiones
especiales. Aun hoy en día, es común en la gastronomía tradicional mexicana
mezclar chocolate y chiles, como ocurre por ejemplo en el mole poblano, uno de
los platos emblema de este país. Con estos precedentes no es de extrañar que
muchos hayan querido experimentar con los sabores de las maltas, el chile y el
chocolate para la elaboración de más de una cerveza. En esta línea está una de
las Ancient Ales de Dogfish Head de
la cual os hablamos hace un tiempo por aquí y que se asemejaría a esa bebida con cacao que bebían los mayas.
Sin
duda alguna y como era de esperar, uno de los países en los que más se ha
experimentado con la mezcla de cacao y chiles en la cerveza es Estados Unidos. A
continuación tenéis varios ejemplos en los que chile y cerveza van unidos de la
mano.
La
conocida cervecera Clown Shoes por
ejemplo los utiliza en su cerveza Chocolate
sombrero. Concretamente, en su elaboración se utilizan maltas oscuras,
canela, vainilla, chocolate y chiles ancho. Este tipo de chile no contiene
mucha capsaicina, por lo que no es muy picante.
Twisted Pine, en Colorado, elabora Ghost Face Killah, una cerveza que mezcla hasta seis variedades de
chiles picantes, entre los cuales se encuentra el tan temido Ghost Pepper, uno
de los chiles más picantes del planeta hasta el punto que durante la
elaboración de la cerveza los cerveceros tuvieron que usar máscaras y guantes.
Los otros cinco chiles son Serrano, Jalapeño, Habanero, Fresno y Anaheim.
Otra
curiosa elaboración nos llega desde Texas, en donde la cervecera No label ha creado Don Jalapeño ale. A diferencia de muchas otras cerveceras que
eligen maltas torrefactas como acompañamiento del chile, en este caso los
chiles jalapeños frescos y secos se añaden a una APA con dry hopping de Cascade. El Jalapeño puede que sea uno de los chiles
más conocidos y más cultivados en el mundo, su nivel de capsaicina puede variar
pero la intensidad del picante suele ser media.
No
es menos interesante la cerveza Cocoa
Mole Ale, elaborada por New Belgium.
Para su factura se han usado maltas pale y chocolate y se han añadido también
cacao y chiles Ancho, Guajillo y Chipotle desecados que le proporcionan un
sabor picante suave y sobretodo ahumado. En este caso más que etiqueta, el
cuidado diseño es una serigrafía que rodea toda la botella
También
merece la pena mencionar la cerveza El
Mole del Ocho elaborada en la cervecera New Holland que intenta emular el sabor de la salsa del mole
poblano utilizando chiles secos en su elaboración. Estaréis conmigo en que solo
por la etiqueta ya valía la pena nombrarla.
Otra
conocida cervecera estadounidense que elabora una cerveza con chile y chocolate
es Samuel Adams, la llamada The Vixen Chocolate Chili Bock. Entre
los ingredientes de esta peculiar cerveza encontramos cacao, canela y chiles
chipotle, siendo la única bock que lleva chiles entre sus ingredientes.
No
podríamos tampoco dejar fuera la Viva
Habanera de Night Shift Brewing,
una cerveza de centeno fermentada con levadura belga y a la que se le añaden
chiles habaneros y néctar de agave. Aunque hay muchos tipos de chiles
habaneros, estos siempre están entre los más picantes, posiblemente este es el
motivo por el que le añaden el néctar de agave, que ya utilizaban los antiguos
mayas para suavizar el fuerte sabor de sus brebajes.
Tampoco
podía faltar en esta lista la Cave Creek
Chili beer, que desde el año 2008 se elabora en México. En este caso se
trata de una cerveza con maltas pale que lleva un chile directamente en su
interior. Aunque me parece a mí que en este caso el tema del chile es más
cuestión de marketing que de sabor…
Pero
no solo los estadounidenses han experimentado con este tipo de ingrediente. Ya
hace tiempo que se elabora la danesa Mikkeller
Texas Ranger y en este tiempo han
salido muchas variedades de la misma en la que aparte de añadirle chiles
chipotle tiene otros ingredientes o un paso por barrica, como por ejemplo
frambuesa, cacao o vainilla o paso por barricas de Islay o Speyside. A
continuación tenéis la etiqueta primigenia, mucho mejor que la nueva con su
aburrido color beige.
Pero
sin ir tan lejos también podemos encontrar arriesgadas elaboraciones en las que
los chiles o pimientos son los ingredientes protagonistas. Una de las más
conocidas es la Naparbier Pumpkin Tzar,
una imperial stout con chiles habaneros y calabaza de la que también os hablamos en su momento.
Otra
elaboración que lleva tiempo en el mercado es la Moon Verata una lager que lleva añadido Pimentón de la Vera. Este
tipo de pimentón se consigue moliendo diferentes tipos de pimientos rojos
extremeños después de ser secados al humo. Proporcionan por tanto un sabor
ahumado pero no picante, a excepción del que se elabora con la variedad
Jeromín.
Y
para finalizar, también los navarros Sesma Brewing (La Petra) tienen una cerveza que hace referencia al pimiento aunque
no contenga nada de este vegetal. Me refiero a la “Vol.2:
El Pimiento”, una amber ale que
rinde homenaje a las mujeres que trabajan pelando pimientos de Lodosa, pueblo
cercano a Sesma, de donde son los fundadores de esta micro.
Y
hasta aquí llega nuestro particular recorrido por las cervezas con diferentes
variantes de pimientos. Por supuesto que existen muchas más e interesantes
propuestas en el mercado y esperemos que muchas otras mejores estén por venir. Y
vosotros, ¿sois partidarios de estas arriesgadas mezclas o por el contrario os
horrorizáis al encontrar recuerdos de este picante vegetal? ¿Alguna sugerencia
que no hayamos recogido y merezca la pena ser probada?