Ya estamos a finales de enero así que vamos con Las Mejores Cervezas del Mes. Esta vez la cosa ha estado verdaderamente reñida ya que entre elaboraciones del Fes-t’hi, el no menos amplio repertorio navideño y el resto de joyitas que aguardaban su momento en la despensa, ha dado como resultado un “podium” abarrotado de buenas cervezas en el que por desgracia no han cabido algunas (pero me las guardo para febrero... ^^).
En cuanto a navideñas, aunque han sido muchas las probadas y por tanto podría dedicar un post únicamente para ellas, quería destacar tres nombres. El primero es una cerveza que teníamos guardada desde el año pasado, la Sierra Nevada Celebration 2010. Ofrece un precioso color ambarino/rojizo y leves reflejos amarillentos, muy limpia y apenas ligerísima turbidez (aunque la foto apunte lo contrario, al rato quedó impecable) y carbonatación apenas perceptible. En nariz es muy sugerente a la vez que equilibrada, con notas a lúpulo cítrico y resinoso sobre un fondo de bizcocho, caramelo y fruta (uva, lichi, melocotón…) muy conseguido. En boca se muestra más agresiva, con más fruta, más resina pero también frutos secos. Amargor pronunciado, notas herbales y sequedad final marcada. Carbonatación muy bien escondida. Pese al amargor, las maltas consiguen que tenga un trago fácil y relativamente equilibrado. Maravillosa.
Otra de navidad que me gustaría destacar es la danesa Evil Twin Soft Christmas, muy compleja en nariz, con chocolate, toffee, licor de café y dulce de leche, caramelo butterscotch, fruta oscura, regaliz… Impresionante. En boca posee una entrada peculiar, ácida y con bastante carbonatación, vuelven las mismas notas de toffee, caramelo y chocolate pero aparece más el café, acompañando unas notas de regaliz, fruta oscura y madura por doquier y un punto ligero a cereza. Textura sedosa, alcohol bien compensado (pese a ser bastante elevado, 10,9%). Gusta más a cada trago.
Y la última cerveza del trío de navideñas/invernales es St. Peters Winter Ale, una inglesa que me gustó muy mucho. Color marrón muy oscuro que deja entrever unos pocos reflejos marrones, coronado por una espuma cremosa de color beige, muy reducida pero persistente. En nariz ofrece notas a chocolate y ciruelas pasas, algo de frutos secos, tostados y caramelo, y muy poco toffee. Tras el espectáculo olfativo, en boca entra cremosa pero sorprendentemente carbonatada (quizás incluso demasiado y todo siendo inglesa), muy sabrosa, otra vez con el chocolate y las ciruelas marcando la línea principal, a lo que se añaden uvas pasas y regaliz. Amargor justa, final seco y amargo (a café y herbal). Una inglesa diferente pero muy recomendable, como todas las demás elaboraciones de St. Peters.
Otra cerveza de temporada que nos dejó verdaderamente asombrados fue la Anchor Bock, de la que no esperábamos mucho pero que se mete entre las mejores de enero con muchísima fuerza. En cuanto a la foto, un despiste ^^. Color marrón oscuro con reflejos más claros y espuma cremosa y persistente de color beige intenso. En nariz posee un perfil similar a la St. Peters anterior, con chocolate y ciruela como actores principales pero con un punto a frutos secos, regaliz y café muy interesante. En boca posee un trago cómodo, con carbonatación de burbuja pequeña nada molesta, nada dulzona, con tostados, nueces y un curioso fondo ligeramente amargo y herbal. Quizás desentone para aquel que espere una típica bock alemana bien dulzona pero fuera de las constricciones estilísticas en definitiva se trata de una cerveza muy redonda y muy bien hecha.
Aquellos que sigáis el Facebook quizás recordéis aquella Cantillon Iris que tomamos hace ya unos cuantos fines de semana. Y es que a pesar de que me apasionan la mayoría de las cervezas espontáneas, tengo que reconocer que siempre me encuentro con cervezas al respecto que me dejan boquiabierto. Es el caso de esta Cantillon, una cerveza que se presenta con una pequeña capa de espuma blanca que baja rápidamente y deja todo el protagonismo a un elixir de color anaranjado con una carbonatación mayor de lo que suele ser habitual en estas elaboraciones. En nariz aparece manzana ácida, algo de grosella, frutos secos y quizás algo de madera y queso maduro. En boca se muestra más fresca y lupulada de lo habitual, lógicamente ácida y muy seca, pero menos estridente y con menos fruta (manzana y limón) que otras lambic, con unas ligeras notas a madera cruda. Cuerpo medio y final seco y amargo duradero. Sencillamente maravillosa. Sin que sirva más que de apunte, es la primera cerveza a la que le doy un 10 en muchos meses.
Y para cerrar el post, no quería olvidarme de tres micros de la península. La primera, Marina de Blanes, por dos elaboraciones muy bien hechas siendo cervezas con poco cuerpo y ligeras: Summer Ale, cítrica, herbal, y levemente resinosa, conformando un trago fácil pero muy completo, y Mas Cremat, seca, torrefacta, con recuerdos a café, chocolate y frutos secos, maravillosa como cerveza de varias pintas.
La segunda micro es La Cibeles, cuyas cervezas tan bien hechas me parecen dignas de elogio. La última que probamos fue la nueva IPA con dry-hopping, lógicamente muy sugerente en nariz, con notas cítricas, a fruta tropical y también algo de resina. En boca, fluida, cuerpo medio-bajo, mucha fruta pero amargor comedido. IPA muy bien lograda, sin estridencias y muy bien balanceada. Quizás el único pero fueron los excesivos sedimentos.
Y para finalizar, una Yria IPA, cerveza que aún no ha visto la luz pero que muy amablemente me adjuntaron en el pack que les compré por navidad. Tenía mis dudas al pensar que se trataría de alguna elaboración en fase de pruebas pero al encontrar una bomba de lúpulo muy jugosa, resinosa y marcadamente amarga pero que al mismo tiempo poseía una base malteada suficiente, todas las dudas quedaron despejadas. Al igual que con La Cibeles, quizás mejoraría el exceso de sedimentos (en este caso aún mayor), pero me muero de ganas por ver la versión definitiva!
La segunda micro es La Cibeles, cuyas cervezas tan bien hechas me parecen dignas de elogio. La última que probamos fue la nueva IPA con dry-hopping, lógicamente muy sugerente en nariz, con notas cítricas, a fruta tropical y también algo de resina. En boca, fluida, cuerpo medio-bajo, mucha fruta pero amargor comedido. IPA muy bien lograda, sin estridencias y muy bien balanceada. Quizás el único pero fueron los excesivos sedimentos.
Y para finalizar, una Yria IPA, cerveza que aún no ha visto la luz pero que muy amablemente me adjuntaron en el pack que les compré por navidad. Tenía mis dudas al pensar que se trataría de alguna elaboración en fase de pruebas pero al encontrar una bomba de lúpulo muy jugosa, resinosa y marcadamente amarga pero que al mismo tiempo poseía una base malteada suficiente, todas las dudas quedaron despejadas. Al igual que con La Cibeles, quizás mejoraría el exceso de sedimentos (en este caso aún mayor), pero me muero de ganas por ver la versión definitiva!
Y así, con estas elaboraciones de la península que poseen el lúpulo como principal protagonista, damos por finalizado este mes. A ver que nos depara el febrero…