Hoy me apetece hablaros de “Crimen y castigo”, una de las obras más destacables del escritor Fiódor Dostoyevski y también de la literatura rusa en general, un texto en el que no faltan las referencias a nuestra querida espumosa de cebada y que ha inspirado a diversos productores para crear algunas cervezas muy interesantes.
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Imagen tomada de aquí. |
Llegué a este libro por pura casualidad, eligiéndolo de una
de esas colecciones que recoge innumerables obras de referencia de la
literatura universal y que tristemente acumulan polvo en la estantería de la
casa de mis padres.
En cuanto al libro (no temáis, que no va ningún spoiler...), narra la historia de Raskolnikov, un
joven estudiante sumido en la más extrema miseria, situación que lo lleva al aislamiento y a la reclusión, pasando sus días reflexionando dentro del
pequeño cuchitril en el que vive. Un día le llega una carta de su madre en la
que le da a conocer el futuro enlace de su hermana, situación que le provoca aún
más desesperación ya que piensa que este enlace con un hombre pudiente tiene
como objetivo poder seguir enviándole dinero. Lleno de ira, confusión y
angustia, Raskolnikov planea y ejecuta un terrible crimen que desencadena en su interior una
verdadera lucha interna, sumiéndolo en el delirio
y la enfermedad. A lo largo de la novela se cruzarán en su camino numerosos
personajes, todos ellos marcados por la pobreza y la miseria que afectaran a
sus decisiones pero finalmente Raskolnikov deberá aceptar su destino y el
castigo apropiado para tan cruel crimen.
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Imagen tomada de aquí. |
Sin duda “Crimen y castigo” constituye una de las obras más reconocidas de
Dostoievsky y también de la literatura universal dado el extremo realismo de los
personajes, algo que se explica en parte porque el autor vivió la pobreza en sus propias carnes y también el cautiverio
en Siberia.
Pero dejando la literatura a un lado y centrándonos en la cerveza, tal y como os comentábamos en la obra no faltan las referencias a nuestra querida espumosa y a continuación os dejamos tres de estas citas.
¿Te acuerdas de
Zosímov? Te ha examinado muy atentamente y en seguida ha dicho que no era nada
grave, un ataque a la cabeza algo así, una alteración de los nervios. La
alimentación era escasa, ha dicho, con poca cerveza y sin rábanos picantes, y
de ahí la enfermedad; pero no es nada, todo pasará.
Raskolnikof bajó la
escalera sin vacilar. No había entrado nunca en una taberna, pero entonces la
cabeza le daba vueltas y la sed le abrasaba. Le dominaba el deseo de beber
cerveza fresca, en parte para llenar su vacío estómago, ya que atribuía al
hambre su estado. Se sentó en un rincón oscuro y sucio, ante una pringosa mesa,
pidió cerveza y se bebió un vaso con avidez. Al punto experimentó una impresión
de profundo alivio. Sus ideas parecieron aclararse. “Todo esto son necedades”
se dijo, reconfortado. No había motivo para perder la cabeza. Un trastorno
físico, sencillamente. Un vaso de cerveza, un trozo de galleta, y ya está firme
el espíritu, y el pensamiento se aclara, y la voluntad renace. ¡Cuánta
nimiedad!
“Pero ¿qué hay allí?
¡Caramba, té! ¡Y cerveza, media botella de cerveza fresca!” Cogió la botella,
que contenía aún un buen vaso de cerveza, y se la bebió de un trago.
Experimentó una sensación deliciosa, pues el pecho le ardía. Pero un minuto
después ya se le había subido la bebida a la cabeza. Un ligero y no
desagradable estremecimiento le recorrió la espalda. Se echó en el diván y se
cubrió con la colcha. Sus pensamientos, ya confusos e incoherentes, se
enmarañaban cada vez más. Pronto se apoderó de él una dulce somnolencia. Apoyó
voluptuosamente la cabeza en la almohada, se envolvió con la colcha que había
sustituido a la vieja y destrozada manta, lanzó un débil suspiro y se sumió en
un profundo y saludable sueño.
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Tanto la obra “Crimen y castigo” como su protagonista han inspirado
varias cervezas, como es el caso de la Imperial Stout llamada Raskolnikov, con 10% de alcohol y elaborada
por la micro rusa Craft Brew Riots.
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Foto de la izquierda tomada de aquí y foto derecha de aquí. |
También con el nombre de Raskolnikov tenemos una Baltic
Porter con miel y maltas ahumadas elaborada en este caso en colaboración entre las danesas
Svaneke y Beer Here y la estadounidense Hill Farmstead.
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Foto de la izquierda tomada de aquí y foto de la derecha tomada de aquí. |
Por último tenemos estas dos cervezas que la californiana
Stone lanzó en 2013 llamadas “Crime” y “Punishment” (crimen y castigo respectivamente en inglés). Por un lado “Crime” es una
versión de la Lucky Bastard (que a su vez es una mezcla de la Arrogant Bastard, la Double Bastard y la Oak Aged Arrogant Bastard) envejecida en barrica de bourbon
y elaborada con pimientos picantes. Por otro lado tenemos “Punishment”, que
usa como base la Double Bastard y también está elaborada con pimientos picantes
y envejecida en barricas de bourbon. Tal y como ellos las definen “son simplemente
un postre para cualquier masoquista que se burla del picante y se atreve
probarlo”.
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Foto tomada de aquí. |
Y hasta aquí este post con tintes literarios que espero que
os haya gustado y que además de incitaros a dar un trago a una buena cerveza espero
que también os anime a leer esta obra maestra donde no falta la cerveza.
Salut!