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29 oct 2015

15 geniales etiquetas de Pumpkin Ale (2015).


Foto tomada de aquí.
La fiesta de Halloween está a la vuelta de la esquina y si el año pasado os mostrábamos hasta 26 Pumpkin ales distintas, este año no queremos faltar nuevamente a la cita. Por ello a continuación os dejamos otras 15 elaboraciones cuyas etiquetas son auténticas obras de arte en papel pertenecientes a un estilo tan asociado al otoño como es el de las Pumpkin Ale. ¡Disfrutadlas!

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Salut!

* Todas las etiquetas tienen sus respectivos derechos de autor.

30 oct 2014

Pumpkin ales: un mundo de recetas... y de etiquetas.


Estamos en plena temporada de las Pumpkin Ales, un estilo de cerveza estacional elaborado con calabaza y diferentes especias que cuenta con bastantes adeptos especialmente en Estados Unidos pero que poco a poco su consumo y también su elaboración empieza a extenderse también por Europa.


Así que aprovechando que mañana 31 de octubre se celebra Halloween, festividad tan asociada con este fruto tan icónico, hoy quiero dedicar un monográfico a este peculiar estilo mostrándoos 26 pumpkin ales diferentes, curiosas y también interesantes que poseen etiquetas atractivas. Espero que os resulte interesante.

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Allagash - Ghoulschip. Versión de una Pumpkin que sacó esta cervecera estadounidense por primera vez en 2008 y en cuya elaboración se utiliza calabaza de Maine rayada, semillas de calabaza tostadas y melaza. Se infecta el mosto de forma controlada y se envejece en barrica de roble durante tres años. 6,9%.


Appalachian - Rutty Buck. Elaborada con calabaza caramelizada, un 10% de centeno y una mezcla de especias sin revelar. 6,2%.


Avery Pump[KY]n. Porter con calabaza y especias envejecida durante 6 meses en barricas de Bourbon. Aunque inicialmente pensaron llamarla de otro modo, finalmente hicieron un juego de palabras entre Pumpkin (calabaza) y “[KY]”, que hace referencia a Kentucky y con ello nos recuerda su paso por barricas de bourbon. 16,54%.


Cascade - Pumpkin Smash. En este caso se trata de una sour que utiliza como base una quadrupel a la que se le añade calabaza asada y se envejece 11 meses en barricas de ron. 11,4%.


Devils Backbone - Pumpkin Hunter. Amber ale ligera y con los típicos recuerdos a pastel de calabaza gracias a una mezcla de especias que no revelan. 5,1%.


Dogfish Head Punkin Ale. Brown ale con calabaza, especias y azúcar moreno. 7%.


Elysian. Esta cervecera de Seattle es conocida por elaborar varias pumpkin ales y a continuación tenéis algunos detalles de ellas. Night Owl: posee 3,4 kg de calabaza por cada beer barrel (117L) y como especias posee jengibre, canela, nuez moscada, clavo y pimienta de Jamaica. The Great Pumpkin posee semillas de calabaza asadas en la maceración, calabaza en la maceración, cocción y durante la fermentación, y además posee canela, nuez moscada, clavo y pimienta de Jamaica y alcanza los 8,1% de alcohol. Dark O' The Moon es una pumpkin stout con 6,5% de alcohol. Finalmente, Punkuccino posee café de Stumptown,  canela y nuez moscada y 5% de alcohol.


Fordham - Spiced Harvest Ale. Con calabaza, canela, clavo, jengibre, miel y pimienta de Jamaica. Medalla de bronze en 2012 en el European Beer Star. 6,6%.


Four Horsemen - Headless Horseman. Elaborada con maltas alemanas, lúpulo Fuggles británico, calabaza, canela, jengibre, clavo y nuez moscada. 6,9%.


Hardywood - Rye Whiskey Barrel Pumpkin. Farmhouse ale con calabaza y azucar moreno envejecida en barricas de Jim Beam Rye Whiskey. 10,5%.


Jolly Pumpkin – La Parcela. Sour ale con calabazas, cacao y especias que posee envejecimiento en barrica. 5,9%.


Mike Hess - Magna Cucurbita. Pumpkin stout con calabazas asadas, canela y nuez moscada. 7,2%.


Naparbier – Pumpkin Tzar. Imperial stout con calabaza y chile habanero. Además de ser una colaboración entre Manolo, Sven y Robert con Naparbier, otra curiosidad es que aparecen los nombres de todos aquellos que colaboraron a la hora de elegir su nombre, y entre ellos, muy pequeñitos en la última línea, podéis ver el de unos servidores. Un placer formar parte de esta genial etiqueta (otra más...) de Antonio Bravo. 11,6%.


New Belgium - Lips of Faith Kick. Sour hecha en colaboración entre New Belgium y Elysian que combina por un lado un 80% de cerveza hecha con calabaza y arándanos, con un 20% de cerveza envejecida en barrica. 8,5%.


Pike - Harlot’s Harvest Pumpkin Ale. Elaborada con lúpulos Nugget y Mt. Hood, puré de calabaza, azúcar moreno, cassia (especia del sudeste asiático similar a la canela), pimienta de Jamaica, vainilla, nuez moscada, jengibre y clavo. 8,5%.


Quaff Bros Flying Pig. Pumpkin ale envejecida en barricas de Bourbon. 10,5%.


Samuel Adams - Fat Jack. Se utilizan casi 13 kg de calabaza por beer barrel (127L), centeno, malta ahumada, canela, jengibre, nuez moscada y pimienta de Jamaica. 8,5%.


Spiteful - Jackass O' Lantern. Lleva calabaza asada y caramelizada. El nombre de la cerveza es un juego de palabras entre Jack O' Lantern y "jackass", un término que se aplica en inglés designar a alguien que es un zoquete o burro. 6,66%.


Terrapin - Pumpkin Fest. Con calabaza, canela, jengibre, pimienta de Jamaica, clavo y lúpulos Hallertau y Hersbrucker. 6,1%.


Traveler & Boston Beer Co - Jack-O Traveler. Shandy con trigo, lúpulo Hallertau, calabaza y piel de limón. 4,4%.


Uinta - Oak Jacked Imperial Pumpkin. Envejecida en barrica de roble durante 6 meses. Como curiosidad posee exactamente 10,31% de alcohol, que hace referencia a la fecha de Halloween (31 de octubre).


Wisconsin Dells - Pumpkin ale. Elaborada con 50 kilos de calabaza y especias en doble tanda, concretamente canela y nuez moscada. 5,4%.


Wychwood Pumpking. Con lúpulos ingleses Northdown. Como curiosidad, en los últimos años ha ido bajando su contenido alcohólico desde 5% hasta los actuales 3,8%.


Y hasta aquí mi particular homenaje a las curiosas pero también fotogénicas Pumpkin Ales. Si tras tanta calabaza todavía queréis saber algo más de la historia de estas cervezas o incluso si os ha dado hambre y queréis una receta maridada con una Pumpkin Ale, aquí os dejo un enlace con todo ello.

Salut!

1 nov 2011

Pumpkin ale: maridando la historia con buñuelos.

Aunque este otoño ha tardado en arrancar, uno de sus mejores productos, la calabaza, ya lleva en nuestros mercados desde principios de octubre. Y es que las calabazas de invierno se encuentran en plena temporada desde octubre hasta finales de noviembre. Así que aprovechando esta eventualidad he pensado en conjuntar de dos de mis pasiones, la cocina y la cerveza, en un mismo post.

En cuanto a cerveza, ésta también es la estación en que aparecen a patadas, al menos en USA, las Pumpkin Ale (pumpkin = calabaza).

 Foto sacada de aquí.

En la actualidad, éstas cervezas, tal y como las conocemos, parecen tener su origen allá por los años 80’, coincidiendo con la aparición y auge de las nuevas microcerveceras norteamericanas. Antes de esa “revolución” el uso de la calabaza en la cerveza respondía a una razón más bien simple. La calabaza es un producto oriundo de América (a Europa no llegó antes del s.XV-XVI) por lo que los nativos de allí solían disponer de ella sin problemas. Así que en un contexto en el que la malta de cereal era un bien escaso y caro, la calabaza, del mismo modo que la chirivía, la melaza, el maíz o un largo etcétera de productos, era usada como fuente de azúcar fermentable para las levaduras. Con el tiempo, y tan pronto como se empezó a disponer de malta de calidad en las colonias norteamericanas allá por el s. XIX, la calabaza y otros adjuntos rápidamente empezaron a caer en desuso.

Como decía, las nuevas pumpkin ale empezaron a retomar fuerza con la ola de micros y de hecho se puede ver una tendencia paralela entre el aumento y consumo de las pumpkin ale y el crecimiento en número de micros en territorio norteamericano. En la actualidad, cuando por esta época salen al mercado más de 300 pumpkin ales, es rara la microcervecera que no elabore su propia versión con la llegada del otoño.


Arriba, la Buffalo Bill Pumpkin Ale, una cerveza que según sus elaboradores se inspiró en una receta de George Washington, y según muchos es considerado uno de los mejores ejemplos del estilo.

Éste estilo de cervezas (si es que se puede categorizar como tal) es verdaderamente muy heterogéneo. Podemos encontrar ejemplares que van desde los 4% de alcohol hasta algunos que superan los 10% (Avery Rumpkin, concretamente, alcanza los 13,8%). Algunas se elaboran sin añadir calabaza, y únicamente poseen las especias típicas del pastel de calabaza, como son la nuez moscada, la canela, el clavo o incluso la pimienta. Pero otras cerveceras si añaden calabaza, como son por ejemplo Brooklyn o Dogfish Head. Tanto las unas como las otras comparten el sabor tan característico y especiado, unas más ligeras y otras rebosantes de notas a calabaza asada, llegando en algunos casos a ser bastante empalagosas. Finalmente existen algunas más especiales a las que se les da un paso por barrica que en anterioridad contuvo algún destilado, como por ejemplo ron.

Y para finalizar, como decía al principio, en este post también iba a tocar el tema de la comida y así de paso retomo la sección de El Lúpulo Cocinero que últimamente está algo descuidada. Habíamos pensado en una evidente aunque interesante opción de maridaje. Al menos por Valencia, cuando llega ésta época, un clásico son los buñuelos de calabaza, una receta clásica que por desgracia, y no me preguntéis el porqué, cada vez más está cayendo en desuso a favor de los insulsos buñuelos de viento. Así que desde aquí aprovecho para romper una lanza a favor de este delicioso postre. Abajo os dejo esta sencilla receta (made in la abuela de Rosana) y espero que alguien se anime a hacerla.

Ingredientes.
- 500 g. de harina.
- Media calabaza cocida o asada (en nuestro caso optamos por esta segunda opción por aquello del sabor más intenso).
- 50 g. de levadura de panadero (en nuestro caso, comprada directamente del horno).
- Agua tibia.
- 1,5 L o más de aceite (dependiendo de dónde vayamos a freír).

Elaboración.
- En primer lugar horneamos la calabaza (45’-1h). Después, y una vez fría, sacamos la pulpa y la trituramos haciendo una especie de pasta fina (retirando la parte filosa que encontremos). Dejamos a parte hasta dentro de un buen rato.
- Por otra parte, con las manos, deshacemos bien  la levadura junto con la harina. Lo mezclamos intentando que no se formen grumos.
- Añadimos un poco de agua tibia a la mezcla de harina y levadura. Vamos añadiendo más según nos pida la masa, hasta formar una pasta blanda, cremosa, consistente eso sí, pero no seca.
- Espolvoreamos con un poco de harina por encima (para que no se nos pegue más tarde a las manos) y cubrimos con un paño. Dejamos reposar durante una hora más o menos.
- Una vez la masa ya ha subido (más o menos al doble del tamaño) añadimos la calabaza y lo mezclamos muy bien hasta obtener una pasta homogénea.
- Dejamos reposar unos 10 minutos y mientras ponemos a calentar el aceite.
- Y ahora viene la parte más complicada, que es formar los buñuelos con el agujero en el medio. El truco consiste en tomar un puñado de masa con una mano y hacer salir (apretando el puño) una bolita de masa entre el dedo pulgar y el indice. Con la otra mano recogemos rápido la bolita y, haciendo un agujero, dejamos caer en el aceite caliente. Esto es cuestión de práctica ya que lo más fácil es que al principio os salgan más bien unas boñigas más que unos buñuelos propiamente dichos, pero con paciencia todo llega… Ah, y entre buñuelo y buñuelo conviene mojarse la mano con agua tibia porque sino la masa se pega a las manos y es más difícil formarlos.
- En la sartén, dejamos freír hasta que se doren (cuando tomen un color dorado-marrón), les damos la vuelta y los sacamos sobre un plato con papel absorbente.
- Finalmente espolvoreamos con azúcar y… ¡Bon profit!


En cuanto al maridaje, acompañamos los buñuelos con una Southern Tier Pumking que conseguimos hace ya unos meses. Pensábamos que la fritura podría estropear la cerveza o que el sabor de ésta sería demasiado fuerte, dulce o especiada para los buñuelos, pero he de reconocer que precisamente las notas especiadas y afrutadas de la cerveza combinaban espectacularmente bien con los buñuelos. La cerveza entraba muy fácil, el alcohol estaba perfectamente disimulado (pese a tener 9%), y al contrario de lo que imaginábamos, no era nada empalagosa.


Y esto es todo. Espero que alguien se anime con la receta y, en cuanto a las cervezas, a ver si para el año que viene podemos conseguir por nuestras tiendas una mayor variedad de éstas curiosas e interesantes pumpkin ale.