Ya estamos de vuelta de Málaga, tras disfrutar de un estupendo fin de semana con mucha y muy buena cerveza, pero por encima de todo, de gozar con gente realmente encantadora (bueno, y algún que otro felino también…).
Todo empezó el viernes de buena mañana, con los termómetros rozando unos gélidos 0ºC (ni frío ni calor como dice aquel). Los kilómetros fueron cayendo poco a poco casi sin darnos cuenta, seguramente por el frío que mantuvo las neuronas bien aletargadas. Y así bordeamos Granada y su imponente Sierra Nevada vestida de blanco, y llegamos a Málaga.
Ya en Torremolinos subimos a casa de Gabriel cargados con unas cuantas cajas repletas de cervezas. Charlando tan a gusto, y con alguna de las elaboraciones del “maestro cervecero” entre manos (por cierto, sorprendentemente buenas, pese a las quejas de alguna malagueña…) se nos pasó la tarde y empezó el goteo incesante de gente. Todos con el mismo objetivo de celebrar lo que iba a ser un cumpleaños memorable.
Arriba teneis algunos de los "regalitos" que el anfitrión se llevó. Nadie diría que Gabriel es un devoto de las cervezas estadounidenses, verdad?
Como tampoco se trata de detallar la noche con pelos y señales (alguno me corta la cabeza si lo hago…) solamente os dejo una foto con las cervezas que fueron desfilando…
Arriba teneis las diferentes navideñas de la cena. De izquierda a derecha: Struise Tsjeeses (impecable, como no podía ser menos viniendo de Struise), Gouden Carolus Christmas (deliciosa, con ese punto delicioso de regaliz), St. Bernardus Christmas (intachable, como era de esperar), Hoppin' Frog Christmas (no dejó indiferente a nadie, con ese punto de canela y jenjibre... en mi opinión muy buena), Père Noël (la grata sorpresa de la noche según la mayoría, venida de la mano de De Ranke), St. Feuillien Cuvée de Noël (otra de las que más gustaron, pero para mi gusto quizás demasiado dulce).
Y así, tan a gusto entre cervecitas y en un ambiente inmejorable, fue pasando la noche, hasta que llegó una grandiosa y estupenda botella de 3 litros (Jeroboam para los entendidos...) de Chimay azul. Si la pequeña de la familia, con solo 33cl, es una de esas cervezas que nunca falla, imaginaros este coloso… ¡¡No tengo palabras para describir el festín!!
Tras las dos rondas que dio de si la botella de Chimay, algunos incluso tuvieron cuerpo para una ronda con destilados varios y una Rogue Chipotle. Así que como os imaginareis la gente se puso más bien “fina” y aunque hubo un amago de quedarnos a dormir todos en la misma casa al final sólo nos quedamos Gabriel, Marya, Rosana y yo.
Por si aún no llevábamos bastante etanol en sangre (por suerte no íbamos a conducir), los cuatro culminamos la noche (más bien el amanecer…) con dos joyas americanas (siendo Gabriel el anfitrión no podíamos terminar sin alguna yanqui espectacular dentro de nuestras entrañas). Una Dogfish 90’ Imperial IPA tremendamente potente pero muy equilibrada y una maravillosa barleywine, Stone Old Guardian, fueron las dos delicias que rondarán nuestra memoria largo tiempo. Luego nos fuimos a descansar sin más fuerzas.
Aquí arriba teneis las diferentes cervezas que nos bebimos a lo largo del festín.Todo empezó el viernes de buena mañana, con los termómetros rozando unos gélidos 0ºC (ni frío ni calor como dice aquel). Los kilómetros fueron cayendo poco a poco casi sin darnos cuenta, seguramente por el frío que mantuvo las neuronas bien aletargadas. Y así bordeamos Granada y su imponente Sierra Nevada vestida de blanco, y llegamos a Málaga.
Ya en Torremolinos subimos a casa de Gabriel cargados con unas cuantas cajas repletas de cervezas. Charlando tan a gusto, y con alguna de las elaboraciones del “maestro cervecero” entre manos (por cierto, sorprendentemente buenas, pese a las quejas de alguna malagueña…) se nos pasó la tarde y empezó el goteo incesante de gente. Todos con el mismo objetivo de celebrar lo que iba a ser un cumpleaños memorable.
Arriba teneis algunos de los "regalitos" que el anfitrión se llevó. Nadie diría que Gabriel es un devoto de las cervezas estadounidenses, verdad?
Como tampoco se trata de detallar la noche con pelos y señales (alguno me corta la cabeza si lo hago…) solamente os dejo una foto con las cervezas que fueron desfilando…
Arriba teneis las diferentes navideñas de la cena. De izquierda a derecha: Struise Tsjeeses (impecable, como no podía ser menos viniendo de Struise), Gouden Carolus Christmas (deliciosa, con ese punto delicioso de regaliz), St. Bernardus Christmas (intachable, como era de esperar), Hoppin' Frog Christmas (no dejó indiferente a nadie, con ese punto de canela y jenjibre... en mi opinión muy buena), Père Noël (la grata sorpresa de la noche según la mayoría, venida de la mano de De Ranke), St. Feuillien Cuvée de Noël (otra de las que más gustaron, pero para mi gusto quizás demasiado dulce).
Y así, tan a gusto entre cervecitas y en un ambiente inmejorable, fue pasando la noche, hasta que llegó una grandiosa y estupenda botella de 3 litros (Jeroboam para los entendidos...) de Chimay azul. Si la pequeña de la familia, con solo 33cl, es una de esas cervezas que nunca falla, imaginaros este coloso… ¡¡No tengo palabras para describir el festín!!
Tras las dos rondas que dio de si la botella de Chimay, algunos incluso tuvieron cuerpo para una ronda con destilados varios y una Rogue Chipotle. Así que como os imaginareis la gente se puso más bien “fina” y aunque hubo un amago de quedarnos a dormir todos en la misma casa al final sólo nos quedamos Gabriel, Marya, Rosana y yo.
Por si aún no llevábamos bastante etanol en sangre (por suerte no íbamos a conducir), los cuatro culminamos la noche (más bien el amanecer…) con dos joyas americanas (siendo Gabriel el anfitrión no podíamos terminar sin alguna yanqui espectacular dentro de nuestras entrañas). Una Dogfish 90’ Imperial IPA tremendamente potente pero muy equilibrada y una maravillosa barleywine, Stone Old Guardian, fueron las dos delicias que rondarán nuestra memoria largo tiempo. Luego nos fuimos a descansar sin más fuerzas.
Tras unas cuantas horas descansando nos levantamos el sábado con el cuerpo más bien maltrecho (aunque bien es verdad que menos de lo esperado). Salió un día horroroso, lloviendo sin parar, con rayos y centellas como diría el gran capitán Haddock. Verdaderamente una metáfora de nuestro estado físico. Así que tocaba un día de reposo en casita. Pero al ir pasando las horas y con los cuerpos mejorando por momentos, como nunca hay dos sin tres, nos animamos con una merienda/cena mejor imposible. Durante el cumpleaños, uno de los regalos que Gabriel recibió (y que se fue rápidamente dentro del frigorífico a buen recaudo de los famélicos ojos del personal), fue un estofado de cordero con ciruelas, cacahuetes y sésamo verdaderamente apetecible. Como si fuéramos cuatro lobos hambrientos, nos lo zampamos acompañados de un poco de arroz basmati y de uno de los regalos líquidos que nosotros le trajimos. Todo verdaderamente delicioso, pero el cordero en concreto estaba sublime.
En cuanto a la cerveza que acompañó el cordero, se trataba de la Mikkeller Red/White Christmas en botella de 1,5 litros. Una cerveza diferente a lo esperado, ya que no era la típica navideña que aparentaba la etiqueta, pero estaba muy rica con ese punto lupulado yanquie predominante (tomahawk, simcoe y amarillo) y especiado, que nos acabamos pimplando entera entre Gabriel, Rosana y yo (Marya no pudo resistir más cerveza). Tras un buen rato de charla y de disfrutar de los resultados futbolísticos por la televisión (lo siento Txema por tu Español ;P), nos fuimos a descansar. Un día tranquilito pero evidentemente no por ello falto del espumoso elixir.
Ya el domingo nos levantamos bastante más descansados y animados, sobretodo porque el solecito andaluz por fin hacía presencia tras un día tan tenebroso como el anterior. Nos decidimos a bajar a la playa a disfrutar de las vistas, pero un achicharrante sol (nada más y nada menos que bajo unos 24ºC abrasadores) hizo presencia. Tras el paseo fuimos a tomar ese famoso pescaíto malagueño. Unos boquerones con limón y una rosada, ambos fritos, entre otros platos, fueron los manjares que a Rosana y a mí nos dejaron con la boca abierta. Cuanto nos queda por aprender de las frituras andaluzas por otras latitudes…
¡Ah! Y por poco se me pasa esa inolvidable milhojas Velasco. Tras probarlas comprendo que puedan decir que son las mejores del mundo!
Cuando ya no teníamos otro plan que recoger los trastos y marcharnos hacia Valencia, nos cruzamos con unos familiares de Marya (uno de los cuales trabaja en la San Miguel) y nos regaló la botella monoblock del Málaga C.F., botella que por desgracia ya no se encuentra por ahí fácilmente. Así que mil gracias!!!! Pero es que poco después aún nos topamos con otra sorpresa que ansiosamente buscaba para la colección, como era la Cruzcampo que conmemoraba el mundial de fútbol de este pasado verano. Así que casi sin buscarlo aún nos llevamos dos alegrías más en las maletas.
Tras cargar el coche y las despedidas oportunas, nos dispusimos a triturar esos 580 Km. de carretera, muy felices por el maravilloso fin de semana que habíamos podido disfrutar. Gracias Gabriel y Marya. Sois encantadores. Dar recuerdos a Calcetines, Croqueta y el resto de la panda!!!
P.D.: por cierto, malagueños, ya diréis que tal está la Rugoop de Mikkeller & Three Floyds… Eso sí, acordaros de guardarme la etiqueta!!!
Gracias a vosotros por la visitay los regalitos.
ResponderEliminarLa 3Floyds x Mikkeller me la encontré en un cajón ayer por la noche. Con tanto lio nos olvidamos de abrirla.
Ya te contaré si la abro o si la dejo guardada para la príxima ocasión.
G.
Y yo mientrastanto paseando mi semiresaca de cena de empresa bajo un cielo gris y lluvioso mientras mi equipo era borrado del mapa de una forma excesiva. El domingo otro tanto así que nunca había deseado tanto que fuera lunes. Este post, aunque despierta envidia y mucha, sirve como colofón a este primer día de una semana que se aventura (qué me respete el ácido úrico) muy cervecera. Enhorabuena por la San Miguel, es muy difícil de conseguir!!!
ResponderEliminarVaya empacho de cervezones, qué bien vivís ^^
ResponderEliminarGabriel, la 3 Floyds esa si fue un despiste. Pero entre tanta cerveza a ver quien se acordaba! Ahora puedes elegir entre dos opciones: o la guardas para otra excursión a Málaga o te la traes... Mi paladar no creo que contemple otra opción que no implique la entrada de esa cerveza, jaja!!!
ResponderEliminarTxema, sobre el "fúrbo" nada que añadir, jeje! Y sobre lo de tu semana cervecera, ya te contarás, ya... Que conociendo lo que puedes tener guardado miedo me das... A disfrutar!!!!!
Embracing, empacho pero de verdad... Y lo mejor de todo es que alguna (llámese por ejemplo Stille Nacht) faltó a la cita por imprevistos varios, que si no...
Muy buen fin de semana en todos los sentidos, muchas gracias por todo malagueños!!
ResponderEliminarPau,
ResponderEliminarNo se si esa cerveza aguantará mucho guardada jeje. Vamos a tener que encargar otra botella y ya está. Por cierto, cuando dices que mis cervezas fueron sorprendentementes buenaste refieres a que esperabas que fueran muy malas? jaja
Rosana, gracias a vosotros por venir y por esos regalitos :)
Nos veremos de nuevo prontito.
G.
Si, me temo que eso de volver a ver la Rugoop será vacía... Criminal!!!
ResponderEliminarLo de tus cervezas, pues no es que las imaginara malas, pero como cuando fui a tu casa en verano me dijiste que tenían fallos pues yo que se...