Mañana es lunes, un día festivo que al menos en los pueblos valencianos la gente lo suele celebrar de una forma muy especial. Independientemente del fondo religioso, muchos nos vamos de excursión al campo con la familia o con los amigos, bien cargados con una buena retaíla de cachivaches y sobretodo con mucha comida para disfrutar de una típica a la par que divertida merienda festiva. No puede faltar en la cesta de mimbre, o en el “cabasset d’espart”, la arquetípica “mona de pasqua” (un dulce con forma semiesférica elaborado en muchos sitios de la geografía valenciana y catalana, pero con gran renombre en la valenciana población de Alberic, en la Ribera Alta), su correspondiente huevo cocido (ou dur) pintado, unas longanizas secas de pascua, unas hojas de lechuga (enciam), un poco de pan y una pizca de sal. Este es el “menú” básico al completo.
Cuando uno se dispone al ágape debe de seguir el siguiente rito. Toma el huevo con una mano y recitando la curiosa rima que tenéis a continuación, se lo frota primero por una mejilla, después por la otra, se lo pasa por delante de la boca y finalmente se lo termina rompiendo en el medio de la frente:
“Ací em pica, ací em cou, ací em menge la mona i ací em trenque l’ou”.
(Aquí me pica, aquí me escuece, aquí me como la mona, y aquí me rompo el huevo).
Y como este es un blog de cerveza, pues nada mejor para acompañar la merendola que una cerveza de Pascua belga, dulzona y bien rica, la De Dolle Boskeun.
Y para rizar el rizo más aún, si se tiene un “catxirulo” (cometa), y se consigue hacerlo volar (cosa, no siempre fácil), entonces el pack festivo estará al completo…
¡Salut!
¡Ah!, casi se me olvida… este martes nos vamos a Barcelona (previo paso por Mataró) por lo que lógicamente dejaremos el blog unos días un tanto descuidado. A la vuelta ya os contaremos que tal ha ido la experiencia cervecera, con todos los locales y cervezas que nos crucemos (y bebamos…).