Hoy os queremos
presentar un nuevo e interesante proyecto llamado Mis Botellas de Cerveza, negocio que nace con el objetivo de suministrar botellas de vidrio a elaboradores de nuestra querida espumosa de cebada. Sin más, os dejo con unas cuantas
preguntas que les hemos hecho y que nos responde Elena Andía, Directora de
Marketing y Comunicación Externa de Verallia.
¿Qué es Mis Botellas de Cerveza.com?
Es la nueva tienda
online de Verallia que ofrece a
las microcervecerías una forma fácil de adquirir envases de vidrio a un precio
competitivo. Es la primera tienda online de una compañía vidriera sólo para
cerveza artesanal.
¿Quiénes estáis detrás del proyecto?
Verallia es la propulsora de este proyecto, líder en la fabricación de envases para bebidas y
alimentación.
¿Por qué cerveza "artesanal"?
La cerveza artesanal está
en boca de todos. Este año, espera superar los 100.000 hectolitros de
producción y aumentar su cuota de mercado en un 33% en España. Aunque
experimenta un auténtico “boom” -ya representa un 1,5% del consumo-, todavía
está por detrás de otros países como Italia (5%), Bélgica (8%) o Estados Unidos
(10%). Las microcervecerías comienzan a proliferar en nuestro país,
respondiendo a una demanda creciente que busca la calidad, la autenticidad y la
innovación, con marcas con diseños sorprendentes.
¿Cuál es vuestra experiencia con la
elaboración de vidrio para cervezas?
La empresa Verallia es líder en el
mercado ibérico de envases de vidrio. Producimos cada año más de 25.000
millones de botellas y tarros de vidrio para sus más de 10.000 clientes procedentes
de 46 países de todo el mundo. En nuestro país, Verallia cuenta con cinco
fábricas repartidas por toda la geografía nacional para estar cerca de sus
clientes.
¿A qué tipo de cliente queréis llegar?
¿Microcerveceros, homebrewers...?
Queremos llegar a los pequeños productores,
no a los homebrewers, ya que nuestro pedido mínimo es un pallet.
¿Qué variedad de productos ofrecéis?
Producimos botellas para cerveza en color topacio,
topacio especial, negro ibérico y
blanco.Por el momento estamos ofreciendo cinco
modelos diferentes de 33 cl, pero vamos a ampliar nuestro catálogo en breve para
ofrecer modelos de otras capacidades.
¿Cuál es la compra mínima?
La cantidad mínima que servimos es un pallet,
que depende del modelo de botella elegido por el cliente. Por ejemplo, en el
modelo Praga, son 960 unidades.
¿Qué ofrecéis al cliente que otras empresas
del sector no ofrezcan?
Nosotros somos fabricantes, no
distribuidores. Ofrecemos rapidez en el envío y costes de transporte realmente
muy bajos, ya que aprovechamos los costes que tenemos de enviar 2.300 millones
de botellas al año a nuestros clientes.
¿Dónde estáis localizados? ¿Tenéis pensado
abrir en otras localizaciones?
Por el momento distribuimos desde Cataluña y
desde Azuqueca de Henares.
¿El cliente puede comprar en vuestras propias instalaciones? ¿Mandáis a
toda la península Ibérica?
El cliente puede comprar cómodamente desde su
casa a través de nuestra página web www.misbotellasdecerveza.com. Hemos empezado a comercializar en el mercado catalán, por tener las
botellas en nuestra fábrica de Montblanc. Sin embargo, vamos a empezar a
distribuir en toda la Península.
¿Cuánto tarda el cliente en recibir la
mercancía una vez formalizada la compra?
La compra en VIB sólo tarda unos minutos y se
puede recoger las botellas en fábrica o recibirlas donde se desee en un plazo
de 5-8 días. Facilitamos aún más la compra mediante nuestro TPV virtual y con
toda la seguridad que ofrecen Verallia y el Banco Santander Elavon.
¿Cómo pueden contactar con vosotros aquellos
clientes que estén interesados?
Hoy me apetece hablaros de “Crimen y castigo”, una de las obras más destacables del escritor Fiódor Dostoyevski y también de la literatura rusa en general, un texto en el que no faltan las referencias a nuestra querida espumosa de cebada y que ha inspirado a diversos productores para crear algunas cervezas muy interesantes.
Llegué a este libro por pura casualidad, eligiéndolo de una
de esas colecciones que recoge innumerables obras de referencia de la
literatura universal y que tristemente acumulan polvo en la estantería de la
casa de mis padres.
En cuanto al libro (no temáis, que no va ningún spoiler...), narra la historia de Raskolnikov, un
joven estudiante sumido en la más extrema miseria, situación que lo lleva al aislamiento y a la reclusión, pasando sus días reflexionando dentro del
pequeño cuchitril en el que vive. Un día le llega una carta de su madre en la
que le da a conocer el futuro enlace de su hermana, situación que le provoca aún
más desesperación ya que piensa que este enlace con un hombre pudiente tiene
como objetivo poder seguir enviándole dinero. Lleno de ira, confusión y
angustia, Raskolnikov planea y ejecuta un terrible crimen que desencadena en su interior una
verdadera lucha interna, sumiéndolo en el delirio
y la enfermedad. A lo largo de la novela se cruzarán en su camino numerosos
personajes, todos ellos marcados por la pobreza y la miseria que afectaran a
sus decisiones pero finalmente Raskolnikov deberá aceptar su destino y el
castigo apropiado para tan cruel crimen.
Sin duda “Crimen y castigo” constituye una de las obras más reconocidas de
Dostoievsky y también de la literatura universal dado el extremo realismo de los
personajes, algo que se explica en parte porque el autor vivió la pobreza en sus propias carnes y también el cautiverio
en Siberia.
Pero dejando la literatura a un lado y centrándonos en la cerveza, tal y como os comentábamos en la obra no faltan las referencias a nuestra querida espumosa y a continuación os dejamos tres de estas citas.
¿Te acuerdas de
Zosímov? Te ha examinado muy atentamente y en seguida ha dicho que no era nada
grave, un ataque a la cabeza algo así, una alteración de los nervios. La
alimentación era escasa, ha dicho, con poca cerveza y sin rábanos picantes, y
de ahí la enfermedad; pero no es nada, todo pasará.
Raskolnikof bajó la
escalera sin vacilar. No había entrado nunca en una taberna, pero entonces la
cabeza le daba vueltas y la sed le abrasaba. Le dominaba el deseo de beber
cerveza fresca, en parte para llenar su vacío estómago, ya que atribuía al
hambre su estado. Se sentó en un rincón oscuro y sucio, ante una pringosa mesa,
pidió cerveza y se bebió un vaso con avidez. Al punto experimentó una impresión
de profundo alivio. Sus ideas parecieron aclararse. “Todo esto son necedades”
se dijo, reconfortado. No había motivo para perder la cabeza. Un trastorno
físico, sencillamente. Un vaso de cerveza, un trozo de galleta, y ya está firme
el espíritu, y el pensamiento se aclara, y la voluntad renace. ¡Cuánta
nimiedad!
“Pero ¿qué hay allí?
¡Caramba, té! ¡Y cerveza, media botella de cerveza fresca!” Cogió la botella,
que contenía aún un buen vaso de cerveza, y se la bebió de un trago.
Experimentó una sensación deliciosa, pues el pecho le ardía. Pero un minuto
después ya se le había subido la bebida a la cabeza. Un ligero y no
desagradable estremecimiento le recorrió la espalda. Se echó en el diván y se
cubrió con la colcha. Sus pensamientos, ya confusos e incoherentes, se
enmarañaban cada vez más. Pronto se apoderó de él una dulce somnolencia. Apoyó
voluptuosamente la cabeza en la almohada, se envolvió con la colcha que había
sustituido a la vieja y destrozada manta, lanzó un débil suspiro y se sumió en
un profundo y saludable sueño.
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Tanto la obra “Crimen y castigo” como su protagonista han inspirado
varias cervezas, como es el caso de la Imperial Stout llamada Raskolnikov, con 10% de alcohol y elaborada
por la micro rusa Craft Brew Riots.
Foto de la izquierda tomada de aquí y foto derecha de aquí.
También con el nombre de Raskolnikov tenemos una Baltic
Porter con miel y maltas ahumadas elaborada en este caso en colaboración entre las danesas
Svaneke y Beer Here y la estadounidense Hill Farmstead.
Foto de la izquierda tomada de aquí y foto de la derecha tomada de aquí.
Por último tenemos estas dos cervezas que la californiana
Stone lanzó en 2013 llamadas “Crime” y “Punishment” (crimen y castigo respectivamente en inglés). Por un lado “Crime” es una
versión de la Lucky Bastard (que a su vez es una mezcla de la Arrogant Bastard, la Double Bastard y la Oak Aged Arrogant Bastard) envejecida en barrica de bourbon
y elaborada con pimientos picantes. Por otro lado tenemos “Punishment”, que
usa como base la Double Bastard y también está elaborada con pimientos picantes
y envejecida en barricas de bourbon. Tal y como ellos las definen “son simplemente
un postre para cualquier masoquista que se burla del picante y se atreve
probarlo”.
Y hasta aquí este post con tintes literarios que espero que
os haya gustado y que además de incitaros a dar un trago a una buena cerveza espero
que también os anime a leer esta obra maestra donde no falta la cerveza.
Muy posiblemente conozcáis e incluso es más posible que hayáis asistido a alguna edición del Barcelona Beer Festival. Quizás también os suene su última novedad, una competición para el BBF 2016 a la que han llamado Barcelona Beer Challenge. Pues hoy, como en otras ocasiones, cedemos la palabra a Mikel Rius, una de las caras más reconocibles del BBF,y también a Ángel Tarriño, que muchos de vosotros asociaréis a Zulogaarden y que actualmente trabaja en la Brasserie Benelux, un brewpub de Montreal. A continuación os dejo el interesante análisis que hicieron de diferentes concursos de cerveza para montar el BBC.
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El
Barcelona Beer Challenge (BBC) es una
competición cervecera que tiene la vocación de seguir los pasos del Barcelona
Beer Festival en lo que respecta a la tarea de difusión y promoción de la
cerveza artesana así como contribuir de manera directa a la creciente
profesionalización del sector.
En
este último punto, la profesionalización del sector, se viene desarrollando un
trabajo desde diversos ámbitos y creemos firmemente que es un buen momento para
avanzar en ese sentido con un concurso cervecero profesionalizado. Es así en
muchos países europeos o América del Norte, lugares donde observamos sus
avances en muchos ámbitos del sector (la famosa frase “nos llevan XX años de
ventaja”).
El
reto de este artículo es explicar la experiencia y conocimiento acumulado de
analizar diversos concursos ya existentes.
Para
ello hemos recogido las experiencias y resultados de diversos concursos
cerveceros mundiales de primer nivel como por ejemplo el European Beer Star,
World Beer Cup, Brussels Beer Challenge, Copa Cerveza de México, SIBA beer competition,
Dublin Craft Cups o el Meiningers Int Craft Beer Award. También nos hemos
fijado de otras experiencias positivas ya realizadas en el estado español, como
el concurso de Poblenou o CICA.
Los
ítems que observábamos fueron estructura de competición, sistema de valoración,
composición del jurado, tipos de premios que ofrecen, cerveceras que
participan, repercusión que tienen, herramientas de promoción utilizadas, tanto
del concurso propiamente cómo las facilitadas a los ganadores para ser herramienta
de marketing futura.
Del
resultado de este análisis (más algún aporte propio para mirar de adaptarlo a
nuestra realidad) hemos elaborado un reglamento que regirá el concurso con
aquellos elementos que nos han parecido más interesantes de cada uno de los
concursos. Ha habido debates interesantes y enriquecedores que nos gustaría
compartir.
El
modelo de premios oro, plata, bronce por estilos, que muchos concursos
cerveceros internacionales ya utilizan, permite crear diversas categorías de
participación dónde los cerveceros tiene el reto no sólo de elaborar excelentes
cervezas, sino que además estas tienen que ser files al estilo que representan. La principal duda surgió entre establecer
tres únicas medallas de cada estilo (reciben premio las tres mejores de la
categoría, independientemente del nivel. Un sistema que estamos más
acostumbrados por el deporte) o que toda cerveza que adquiera un determinado
nivel, sea merecedora de medalla, independientemente de contra quien compite:
Se valora la cerveza por sí misma y no contra quien compite. Esto puede tener
dos efectos. Recibir muchas cervezas excelentes merecedoras de medalla (lo cual
genera muchos premios que pueden llegar a devaluarlos) o que la gran mayoría de
cervezas sean simplemente correctas y que haya muchas medallas vacantes (lo
cual tampoco vemos positivo).
El
sistema de competición también dio de sí. Existen concursos que funcionan por
eliminación, haciendo rondas previas. Eso suele conllevar a que las eliminadas
inicialmente reciben un análisis muy superficial, cosa que no queríamos, ya que
el feedback para el cervecero lo consideramos pieza clave. Así trabajaremos con
paneles de jueces que valorarán individualmente cada cerveza haciendo una nota
de cata de cada una de ellas que podrá ser reclamada por las cerveceras. Cada
cerveza tendrá un mínimo de tres evaluaciones por tres jueces diferentes y se
realizarán medias de las puntuaciones.
Le
damos mucha importancia a la selección del jurado y vimos que es algo que
cuidan todos los concursos. En el último año como sector hemos conseguido que
haya un colectivo interesado por la evaluación de la cerveza, formándose y
examinándose para recibir un reconocimiento al respecto. Queremos apoyar y usar
esta iniciativa, de este modo el grueso del jurado estará formado por la
primera generación de jueces BJCP del país. Dentro de la organización es
importante la figura de Albert Barrachina, Director del Jurado, que coordinará
tanto a los jueces locales como aquellos internacionales invitados. Cabe
destacar el convenio de colaboración con el
instituto alemán VLB que participará con la presencia de varios de sus
jueces.
Casi
desde el principio tuvimos claro el ámbito del concurso, lo queríamos
internacional. Las cerveceras locales compiten día a día con cervezas
importadas para estar en los grifos y neveras de los bares, no tiene sentido
edulcorar el concurso, si no que ganen medalla aquella que lo merezcan
realmente. Aquí se está haciendo muy buenos productos, que seguro que
destacarán por si mismas sin limitarles la competencia.
Existen
varias categorías extra vistas en diversos concursos. Hemos querido tener una,
premio a la mejor cervecera que valorará el resultado del conjunto de cervezas
aportadas a la competición a partir de las puntuaciones de las tres mejores.
Este premio quiere destacar la regularidad en la calidad de las elaboraciones
cerveceras de una misma cervecería más allá de otorgar premios específicos a
cervezas concretas. Creemos que con
estas dos tipologías de premios se estimula la calidad y excelencia entre los
productores, y en definitiva, la profesionalización del sector.
Finalmente,
una reflexión de que queremos aportar con este concurso y visto en los
principales analizados: Generar contenidos cualitativos e información
contrastada a muchos actores del sector cervecero. En primer lugar, información
a los consumidores, ya que los premiados podrán insertar el logo del premio en
sus etiquetas y materiales promocionales. De esta manera el consumidor podrá
estar seguro de su elección si escoge una cerveza premiada por el BBC, lo mismo
para los intermediarios. Esta labor es necesaria en un panorama como el español
dónde la oferta de cerveza artesa asciende a casi 3.000 referencias. Estos
premios también tendrán un papel pedagógico hacia el consumidor ya que
aportarán información sobre los diferentes estilos cerveceros existentes,
muchos de ellos desconocidos o eclipsados por los más recurrentes.
Al
cervecero el BBC le ofrece la posibilidad de disponer de un análisis de su
cerveza por jueces acreditados, lo cual es una herramienta de mejora para
seguir mejorando. En caso de ganar algún
premio en la competición el cervecero verá potenciada su marca, no solo por la
visualización que generará la inclusión del logo del premio en su etiqueta y
material promocional, sino también por la promoción que la infraestructura del
BBF llevará a cabo de estas cervezas con la ayuda de una agencia especializada
y con la entrega de premios el domingo 6 de marzo, dentro de los actos del
último día del Barcelona Beer Festival 2016.
Ángel Tarriño - Mikel Rius
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Desde este blog queremos dar las gracias al equipo del Barcelona Beer Challenge por querer compartir sus reflexiones a través de esta bitácora y les deseamos que la primera edición del concurso tenga mucho éxito y continuidad en el tiempo.
Este mes es Jorge Cerveriana
quien nos convoca a #LaRonda
para que tratemos el tema del postureo en la cerveza. Para ello nos deja una convocatoria
repleta de preguntas y frentes abiertos, todos ellos muy interesantes y que seguro darían para tantas Rondas muy entretenidas, pero trataré de centrarme en lo más esencial y en lo que para mí es el eje común de
todo ello.
Si en algo coincidiremos todos es en que la cerveza está de
moda. Aparece cada vez más en infinidad de medios, tanto especializados como
generalistas, cada vez hay más gente que se lanza a vender (elaborando o no) su
propia cerveza, hay más bares y tiendas donde cada vez más gente se anima a
consumir cerveza descubriendo así una realidad más variada e interesante de la
que conocían... En definitiva, la cerveza está en boca de más gente y como en
toda moda surge toda clase de gente a su alrededor, también aquella a la que le
gusta hacerse o bien la interesada o bien la entendida por el mero hecho de tener
tema de conversación o en algunos casos, por qué no decirlo, ir de gallito del
corral.
Nos pregunta Jorge si es postureo decir lo que estás tomando
en tal o cual lugar… A lo que yo respondo ¿si no es esa una realidad que nos
invade en esta sociedad actual, seamos cerveceros o no, tan dada a las redes
sociales? ¿Es algo que podamos achacar a la cerveza u ocurre exactamente lo
mismo con tantas situaciones cotidianas como cuando disfrutamos de un concierto
o de una cena en un restaurante, o nos vamos de viaje…?
¿Es postureo decir por ejemplo que te gustan las cervezas
lámbicas cuando en realidad te resultan repelentes pero dices lo contrario
porque no quieres ser menos? Seguramente sí, pero ¿cómo hemos llegado a este
punto para que alguien tenga que decir que le gusta algo que le causa rechazo
instantáneo solo por el hecho de que estén bien consideradas por algunos? Me vuelvo
a repetir, ¿es el postureo algo intrínseco a la cerveza o a nuestra naturaleza humana? ¿A
caso la primera vez que la mayoría de la gente bebe su primer trago de cerveza,
su primer cubata de whisky o su primera calada de un cigarrillo no les resulta desagradable?
¿Por qué lo hacemos sino que por ser aceptados por los demás y que no nos hagan
de menos? ¿No ocurre igual con la ropa, la música y tantísimas cosas que en un
momento dado están de moda? ¿Debemos hacer autocrítica con la cerveza o con
nuestra propia forma de actuar? ¿El hecho de decir que una cerveza es mejor por
el hecho de ser más cara es algo intrínseco a la cerveza artesana o existen
ejemplos para aburrir con gente que dice o hace lo mismo cuando se compra el
último smartphone, una botella de vino cara, un reloj, un coche…?
Un caso concreto sobre ese postureo en la cerveza que me
cansa últimamente cada vez más es esa batallita en ocasiones algo interesada de
cervezas locales vs foráneas, de lo tan recomendables y frescas y de tanta
calidad que son las primeras y por el contrario cuan malas en comparación
(precio, calidad, más oxidadas…) son las segundas. ¿Realmente es tal esa realidad
o gusta decirlo por ese postureo que nos pregunta Jorge? ¿De veras solo hay
cervezas caras entre las foráneas? ¿Es tal el nivel de lúpulo fresco entre las
locales? ¿De verdad cuando se ponen ciertas calificaciones en blogs, cuando se
alaban en redes sociales… en definitiva cuando se dice “consumamos lo local”,
generalizando a todo lo que suene a “cerveza artesana local” sin poner caras ni
nombres, no estamos inflando la burbuja haciendo que pasen el corte tantas
cervezas que no alcanzan un mínimo? ¿E igual que con el cansino dueto artesana
vs industrial, no deberíamos dejarnos de etiquetas y ser simplemente críticos
constructivamente con el producto independientemente de todo lo demás…? ¿Es más
fácil dar la palmadita a aquellos productores que conocemos y nos dejamos
llevar por amiguismos con productores de nuestro entorno y por otro lado no
tenemos reparos en dar dos sopapos a cualquier producto foráneo?
Y por último unas cuestiones para nosotros mismos, los
bloggers, sin personalizar en nadie en concreto pero que cada cual nos preguntemos: ¿Somos los bloggers un alarde de postureo? ¿Interpretamos
un personaje cuando escribimos? ¿Nos gusta mostrarnos y enseñar cuánto sabemos? ¿Hasta qué punto nos halagan las estadísticas, los “me gusta”, los “followers”? ¿Ayudamos realmente al sector dando información útil o nos limitamos a ejercer
de jueces de todo lo que nos rodea bajo esa mal entendida libertad de
expresión?
Y con esto termino, ¿somos los seres humanos un animal
pancarta? ¿Cuánto nos gusta que nos escuchen, que nos digan cuan guapos somos, que
nos acepten…? ¿Hay postureo en la cerveza o simplemente hay postureo en nuestra
propia necesidad vital?
Hoy queremos presentaros el HORAL, un consorcio de
productores y mezcladores de cervezas lámbicas que trabajan conjuntamente para
promover la cultura de este grupo de cervezas tan particulares pero detrás del cual existe una cierta polémica por cómo producen algunas cervezas algunos de sus miembros.
Significado, historia y miembros que lo componen.
El nombre de HORAL en realidad es el acrónimo de Hoge Raad voor Ambachtelijke Lambikbieren, que traducido del flamenco vendría a significar Consejo Superior para las Cervezas Lámbicas Tradicionales. Desde que gracias a su trabajo en 1997 las cervezas lámbicas obtuvieran el sello de ETG (Especialidades Tradicionales Garantizadas) de la Unión Europea, este consorcio ha seguido trabajando para mantener una protección de estas cervezas.
Allá por el mes de enero de 1997, y tras la insistencia de Armand Debelder de 3 Fonteinen, hasta cinco productores y
mezcladores (3 Fonteinen, Boon, De Cam, De Troch, Lindemans y Timmermans)
fundaron un grupo para ayudar a la promoción y protección de las cervezas
lámbicas de su continuo declive.
En las negociaciones iniciales que empezaron en 1995 y
concluyeron finalmente en 1997 también se encontraba Jacques De Keersmaeker, de
Belle-Vue, cervecera que hoy en día ya no forma parte del HORAL.
Actualmente el consejo lo conforman 15 miembros, de los
cuales los siguientes 11 son productores y mezcladores: Boon (Lembeek), De Cam
(Gooik), De Troch (Wambeek), 3 Fonteinen (Beersel), Girardin
(Sint-Ulriks-Kapelle), Hanssens (Dworp), Lindemans (Vlezenbeek), Mort Subite
(Kobbegem), Oud Beersel (Beersel), Timmermans (Itterbeek) y Tilquin (Bierk),
éste último fue el último en sumarse al grupo en 2012.
La polémica y Brasserie
Cantillon.
Desgraciadamente el sello de Especialidad Tradicional Garantizada de la Unión Europea que
citábamos arriba no hace referencia al proceso de elaboración, y ahí es donde surgen numerosos críticos, entre ellos la reconocida productora bruselense Brasserie
Cantillon.
Aunque todos los miembros del HORAL producen al menos una
lámbica tradicional, de los 11 cerveceros y mezcladores que actualmente forman
el HORAL hay 7 que en su gama de cervezas habituales poseen al menos una cerveza que no
debería ser considerada como tradicional, bien por el proceso de producción o por la
adición de azúcar. Pero es que además, de esos 7 productores y mezcladores hay 5 que tienen en su catálogo
un 50% o más de sus marcas endulzadas. Por ello hay quienes se plantean si
HORAL tiene legitimidad a la hora de proteger las lámbicas tradicionales, y como decíamos uno
de los máximos críticos en este sentido es Jean Van Roy, de Brasserie Cantillon.
En el Lambic Summit de 2010, Jean (Cantillon), Armand (3
Fonteinen) y Frank (Boon) discutieron públicamente algunos temas muy interesantes sobre las cervezas lámbicas, y por supuesto también hubo espacio para esta polémica. A continuación tenéis un video (en inglés)
de Shelton Brothers en el que a partir del minuto 3.20 Jean explica sus razones
para no pertenecer a HORAL.
En el video Jean comenta, entre otras cosas, que no quiere “sentarse en la misma mesa con esas cerveceras que no producen lámbicas
tradicionales o solamente producen un 1% o menos de su producción total”. Además, por el hecho de tener el ya mencionado sello ETG,
los miembros del HORAL están obligados a usar en sus etiquetas las nomenclaturas
protegidas “Oude”, “Vieux” y “Vielle”. Sobre esto Jean señala que sus ancestros
producían tradicionalmente una cerveza sin tantos adjetivos y se llamaba
simplemente “gueuze” y se pregunta por qué él debería cambiar el nombre.
También se pregunta por qué las cerveceras más modernas no cambian su nombre por
el de “gueuze moderna”, “falsa gueuze” o “gueuze industrial”, y tiene que ser
el productor tradicional quien tenga que cambiar su nombre.
El Toer de Geuze.
Pero dejando la polémica a un lado, desde que el 19 de octubre de 1997 las cinco cerveceras fundadoras
(Boon, De Cam, De Troch, 3 Fonteinen, Lindemans y Timmermans) abrieron sus
puertas al público, desde entonces cada dos años las cerveceras de
Payottenland y el Valle del río Senne celebran el Toer de Geuze, un evento en el
que se permite la visita de sus instalaciones además de ver el proceso de
producción de la cerveza lámbica. Esto es algo muy interesante ya que algunas de las cerveceras sí abren durante otras épocas pero otras solo se pueden visitar aprovechando esta celebración.
Banner del Toer de Geuze 2015.
Así, el Toer de Geuze tuvo lugar en octubre de 1997 y 1999; en
abril de 2001, 2003, 2005, 2007 y 2009; en mayo de 2011; en abril de 2013 y por
último la última edición en mayo de 2015.
Megablend.
Desde 2009 y con motivo del Toer de Geuze el HORAL lanza al
mercado una Oude Geuze conformada a partir de la mezcla de diferentes lámbicas más
jóvenes y más añejas de las cerveceras asociadas, y a esta mezcla se le da una maduración de 6 meses en botella antes de salir al mercado. Para esta edición 2015, la
cuarta vez que lanzan la “megablend” y también fecha en la que se celebraba el
10º Toer de Geuze, participaron las siguientes 9 fábricas: 3 Fonteinen, Boon,
De Oude Cam, De Troch, Hanssens, Lindemans, Oud Beersel, Timmermans y Tilquin,
siendo esta última la gran novedad ya que como decíamos más arriba no se
incorporó al HORAL hasta el año 2012.
Horal Megablend 2015.
Relacionado con su fecha de consumo, en esta edición 2015 no se indica más que la fecha de consumo preferente, pero en la contra-etiqueta de la edición 2013 recomiendan la
guarda de un mínimo de 2 años por su potencial de guarda tal y como podéis ver en el texto que tenéis resaltado en la siguiente foto y donde se recomienda conservar la botella hasta el 2015 (2 años desde 2013) y degustarla entonces dado su elevado potencial de guarda.
A nivel personal he podido degustar la versión 2011 con tres años de guarda en botella y también la edición de 2013 con un año y con dos de guarda y os puedo asegurar que no hay comparación. De veras, sin misticismos ni cuentos chinos, la cerveza tomada durante el año que sale al mercado es una elaboración muy interesante pero con una mayor guarda gana muchos enteros, en complejidad y redondez.
En la foto la Megablend 2013 que pudimos disfrutar hace unos meses.
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Y hasta aquí mi particular monográfico sobre el HORAL. A nivel personal creo que es realmente interesante que exista una asociación o grupo que cuide estas cervezas ya que en el pasado vivieron momentos realmente complicados hasta el punto de estar cerca de desaparecer, aunque casualmente hoy en díaestán viviendo una segunda juventud y no hay suficiente producción para tanta demanda. Pero por otro lado, también creo como Cantillon que la pertenencia de algunos miembros al HORAL debería ser revisada urgentemente por el bien de algunos nombres como lambic, gueuze o kriek, por ejemplo, que son usados con total libertad por algunas cerveceras que encontramos con facilidad en hipermercados sin que el contenido de sus botellas tenga nada que ver con lo que venden. Al final un sello de calidad debe ofrecer precisamente eso, calidad y la seguridad al comprador de que lo que tiene en sus manos es aquello que estaba buscando. De otro modo, cualquier consumidor poco experimentado que compre sin recomendación jugará a la lotería cada vez que se encuentre una botella con estos nombres, tal y como me pasaba a mí cuando en su momento empecé a interesarme por este tipo de cervezas y compré tantas Gueuze o Kriek por ejemplo de Lindemans, Mort Subite, Chapeau (De Troch) o Timmermans, sin ser para nada lo que esperaba. Por último, confío que este post al menos os haya servido para picaros la curiosidad a todos aquellos que aún seáis reticentes a probar este tipo de cervezas y que os animéis de una vez a beber alguna buena cerveza lámbica.
Otro
año más os dejo mi particular homenaje a esa genial excusa para brindar con buenas cervezas que es el International Stout Day y que a escala peninsular se encarga de
mover el amigo José Benedicto desde
su blog “Rubias, Morenas, Negras… hablo de cerveza” bajo el hashtag #ISD15Spain.
Desgraciadamente el pasado jueves 5 de noviembre, fecha señalada para tal celebración, me fue imposible honrar este evento como se merecía así que tuve que resarcirme
durante el fin de semana que le continuaba. Así, como tantas otras veces hemos hecho en los #FFdA de invierno, tras
elegir unas cuantas cervezas nos fuimos a nuestro búnker antisocial favorito, perdidos
en medio del monte y alejados atascos y prisas, y sentados a la luz de una
buena lumbre nos montamos una fantástica y grasienta BBQ en
honor a la OMS regada con unas cuantas cervecitas oscuras y menos oscuras…
De todas las cervezas que bebimos hay una en especial que me
apetece compartir con vosotros, que guardamos como colofón de la noche y que
pude agenciarme en la última
edición de Mediona: la 3 Frogs Imperial
Highlands Stout.
Un buen "whisky" para disfrutar de una estupenda lumbre.
Servida en copa ofrece un color negro completamente
impenetrable, coronada por una espuma de color beige que no tarda en quedar
reducida a una finita capa. Ya en nariz aparecen las esperables notas a whisky
y a turba, así como madera, humo, algunas notas herbales y cacao,
todo ello con una intensidad media. En boca despliega un trago más liviano y menos arrolladorde
lo que sobre el papel se esperaría de una
I.stout de corte moderno con tanto alcohol y con paso por madera. Posee una textura
sedosa, elegante, aparecen nuevamente las notas a turba, un punto ahumado, algo de cacao, poco
torrefacto, madera y caramelo. A medida que avanza el trago muestra más carácter
y cuerpo de lo que el trago fácil inicial parecía indicar, con una ligera
calidez final que nos recuerda su elevado contenido alcohólico, pero en ningún momento percibido
de forma descontrolada sino muy agradable. En resumen
estamos ante una muy interesante Stout en la que la gran protagonista son los
recuerdos a turba y su gran equilibrio. Tiene un gran potencial de guarda y en
mi humilde opinión está todavía lejos de alcanzar la cúspide de la complejidad
que seguro logrará. Por ello recomendaría a quien tuviera alguna botella que no
la consumiera ahora mismo sino que la guardara unos meses. Una pena no tener
otra botella en la recámara para comprobarlo pero si me la vuelvo a cruzar seguro
que me haré con otra botella.
Y hasta aquí mi particular trampantojo para el International
Stout Day 2015. Muchísimas gracias a José por la excusa y enhorabuena por
el exitazo de convocatoria que ha tenido. ¡Hasta el año que viene!
¿Quién dijo que los tapones
corona únicamente valen para engrosar los álbumes de los coleccionistas?
Buscando por la red podéis encontrar infinidad de obras de arte en las que la auténtica protagonista es esa humilde “chapa” de cerveza, y hoy en concreto nos
apetece compartir con vosotros el trabajo de Molly Bright, una artista nacida en 1969 en el estado de Carolina
del Norte aunque a los seis años se trasladó a Carolina del Sur, donde
actualmente reside.
Molly empezó a pintar en 1993 de forma autodidacta y en 2002
comenzó a utilizar tapones de botellas. Desde entonces ha creado más de 100
obras, la mayoría por encargo, centrándose en retratos de personajes célebres estadounidenses pero también del resto del mundo.
Sin más, a continuación os dejamos con 12 de sus obras en las que demuestra su buena mano con esos pobres tapones metálicos que en la mayoría de los casos terminan en la basura. Podéis
ver muchas más en su web www.mollybright.com.
¡Disfrutad y por supuesto…
Salut!
Albert Einstein
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A continuación tenéis un recopilatorio con las fotos o retratos similares en los que debió inspirarse Molly.
* Todas las fotos e imágenes tienen sus respectivos derechos de autor.
Aunque ya hace más de un mes que se celebró la séptima edición del De Molen Borefts Beer Festival, no ha sido hasta ahora cuando he encontrado el tiempo suficiente para recopilar en un texto todas las sensaciones vividas y las opiniones recogidas durante aquel fin de semana. Así que aunque sea con algo menos de vigencia, aquí tenéis aquellos puntos que encuentro más interesantes y destacables de reseñar.
Muchos de vosotros ya conocéis la carta de presentación de
este festival. A cualquiera que haya ido y le preguntes te lo recomienda como
uno de los mejores festivales de Europa (si no el mejor...), no tanto por el número
de cervezas o productores sino más bien por la selección y por el ambiente que allí se vive. Así que las ganas enormes de asistir por un lado pero por otro la duda de si cumpliría con tantas expectativas me tenían en vilo.
Sensaciones…
Por un lado el Borefts no es un festival gigantesco. Se
celebra en las instalaciones de la propia cervecera, con el encanto que
tiene el hecho de estar rodeados de fermentadores, la estupenda sala de barricas… Por ello, aunque es un festival de renombre y congrega a gente proveniente de
decenas de países (principalmente holandeses pero también más que destacable la presencia de nórdicos y yanquis), uno tiene la sensación de
estar ante una de tantas ferias de productores en la que puedes hablar con el
artífice de las cervezas, con el extra añadido de que se trata de algunas de las
mejores cerveceras Europeas. Pero de cervezas ya hablaré un poco más abajo…
Reconozco que lo primero que me impactó fue ver como se lo tomaban la
cantidad desmedida de raters… Con sus libretas
y bolis, los smartphones echando humo con las apps, copas de agua para limpiar tras
cada cata… A escala peninsular no he visto nada por el estilo… y sinceramente creo
que me alegro ;).
El sábado a media tarde no cabía ni un alfiler...
Otra cosa que me sorprendió pero en lo positivo
fueron los precios del festival. Reconozco que no hay comparación con cualquier otro
festival o feria a la que haya asistido previamente. Una vez comprado el pack
inicial compuesto por un vaso, la completa guía y 6 fichas por 20 euros todo ello, todas las
cervezas sin excepción costaban 1 ficha. Cada ficha comprada en bonos de mayor
o menor cantidad salía a unos 1,60€ la ficha, así que tomar cualquier cerveza
del nivel de las cerveceras asistentes, fuera Saison, Imperial stout, fuera una elaboración en barrica, etc. a ese precio fue una auténtica gozada.
En general la organización me pareció realmente muy buena,
teniendo muchos detalles en cuenta para que los asistentes estuvieran a gusto.
Un ejemplo fue la anticipación y gestión de las colas ya que salvo el primer día (viernes) a primera
hora, que se formó una cola lógicamente más larga ya que todos tenían que comprar el pack inicial (que algunos salvaron comprando su entrada VIP, con el
lógico sobrecoste pero ahorrando colas...), en general no hubo problemas cada vez que querías comprar
otra remesa de fichas. Tampoco hubo colas considerables en los servicios, en parte
porque había “meaderos” para hombres habilitados fuera de las instalaciones y casi siempre
estaban vacíos. También relacionado con esto de las colas fue una gozada el hecho de
poder entrar y salir de las zonas abiertas y cerradas sin controles de ningún tipo, bien para quien quisiera salir a fumar, a despejarse o simplemente para
dar una vuelta. No sé cómo podrá ser aplicable a un festival como el BBF de Barcelona pero
sin duda no hay comparación el hecho de disponer de esa libertad para la gente que
asiste sin acreditación.
Otro punto que me gustó y que tantas veces hemos comentado
en este u otros foros, fue el de la duración del festival. Éste tuvo lugar durante
el viernes y sábado, pero además el domingo en Rotterdam había un post-festival para quienes tuvieran ganas de más. En muchas ferias que he estado por
estos lares pienso que sabe a poco un solo día, más aún cuando traes tantos
cerveceros foráneos como por ejemplo Mediona (la edición 2015 reunió a ¡¡62
productores!!…), por no hablar de desplazamientos largos, alojamientos… Esa fue la razón de que en el Borefts no tuviera la sensación de prisas ni de agobios por probar nada. Bebí la
mayoría de las cervezas que quería probar de la guía, repetí varias y pude
charlar con los productores sin ir mirando el reloj en ningún momento. Y eso se
agradece y me gustaría que se copiara en tantas ferias por aquí (BBF o
Birrasana, por ejemplo ya lo hacen…).
Algo que también me gustó fueron los puestos para limpiar
los vasos. Había 3 o 4 puestos repartidos por las instalaciones y casi nunca
había una cola que te hiciera esperar más de 30 segundos para limpiar el vaso.
Terminabas la cerveza, limpiabas vaso y a otra cosa… Sin charcos, sin esperas…
Muy cómodo y funcional. Y relacionado con esto, había un tanque con agua para beber
para quienes quisieran rebajar el alcohol o simplemente limpiar el paladar sin coste alguno.
Para limpiar el paladar nada mejor que (friki)agua para todos...
En cuanto a comida, había una oferta muy amplia: ricas
flammkuchen, guisos con cerveza, hamburguesas, puestos con quesos, patatas fritas con salsas, bocadillos… A precios ni caros ni baratos, simplemente aceptables para lo que se paga
por ciertos países de Europa.
De estos platos cayeron unos cuantos durante el festival...
Este estofado con Hel & Verdoemenis se quedó sin probar... Y no por ganas...
En cuanto a sillas y mesas había habilitada una
zona exterior (una cubierta y otra descubierta) y también otra interior en la
sala de barricas con mesas tipo picnic. El problema es el de siempre, en
esas mesas había poco movimiento y mucha gente las ocupaba y raramente se movían. En el interior de la fábrica había algunas
mesas altas pero se echaban en falta algunas más así como sillas en la parte
inferior de la sala de barricas, que era bastante amplia y nunca la vi
excesivamente llena de gente.
Mesas exteriores.
Quizás eché en falta un hilo musical interesante, que no
saturara ni desbordara como ocurre en algunas ferias o festivales de por aquí. A primera
hora del viernes y cuando no había tanta gente en la zona interior de la sala
de barricas daba una sensación algo desangelada.
Parte de la sala de barricas.
Pero salvando estas pequeñas minucias, para mí el único pero del festival fue el hecho de estar alejado de
cualquier ciudad, no ya interesante en lo cervecero sino donde poder
hacer algo más que simplemente beber. Bodegraven es una población pequeña y
tranquila sin demasiados atractivos, e ir desplazándote 30-45 min en trentanto a la ida como sobre todo a la vuelta hasta
Amsterdam, Leiden o Utrecht es un hándicap. Aún así, pese a los desplazamientos, recomendaría sí o sí alojarse
fuera de Bodegraven para complementar la oferta del festival con algo más. En nuestro caso nos alojamos en Bodegraven y pese a la comodidad diaria hubiera preferido respirar algo de ambiente fuera del festival, pero está claro que son sensaciones personales y cada cual tiene que decidir que es lo que se amolda más a sus planes.
Las cervezas…
Como decía al principio, tener en cartel a gente del nivelazo de De Molen, Närke,
Alvinne, Hair of the Dog, Omnipollo… te asegura que vas a pasar un estupendo fin de semana en lo cervecero. En total hubo 19 cerveceras asistentes, con especial representación de europeas nórdicas (cinco suecas, dos noruegas y una letona). Había más de 230 cervezas distintas para
probar, además de unas cuantas extra que no aparecían en la guía y que fueron
sacando los cerveceros a medida que iban terminándose los barriles durante el
festival, y de todas esas terminé probando unas 70 diferentes de un nivel medio bastante alto. Por no hacerlo demasiado pesado, y resumiendo muy mucho, a continuaciónos dejo
las impresiones por fábricas.
- La organizadora, De
Molen, presentaba una buena ristra de cervezas de todos los palos,
especialmente hubo muchas elaboraciones en barricas y también experimentos con frutas u otros ingredientes particulares como
wasabi, diferentes chiles, saltamontes (sí, saltamontes... su ingrediente “local” para la cerveza
del estilo obligatorio que debían traer todas las asistentes). Me gustó bastante una IPA con naranja y chile, me sorprendió la
Wasabi Saison, pero sobretodo disfruté varias Imperial stout... Ya se sabe que estos holandeses juegan en otra liga cuando hablamos de cervezas negras corpulentas.
Con un grande: Menno, maestro cervecero de De Molen.
IPA con naranja sanguina y chiles... ¡Genial!
- De la estadounidense Hair
of the Dog era de quienes más ganas tenía de probar y lo cierto es que no
defraudaron, aunque todo lo que traían eran copas de fin de fiesta, con mucha
barrica, mucho alcohol… Para tomar con más tranquilidad de la que se tiene (o apetece)
en un festival. Adam From the
Wood, Peach Fred From the Wood, Branby Cherry Michael… Copazos uno tras otro...
Un lujazo conocer en persona a Alan Sprints, su maestro cervecero.
¿Quién quiere estrenarse en el festival con una blonde o una saison ligerita teniendo a tiro dos copazos en barrica con más de 10% cada una...?? xD
- No por más conocida quisiera obviar la que para mí y también unos cuantos más fue una de las mejores cerveceras del festival: Alvinne. Todos conocéis mi amor por las elaboraciones ácidas y
“barriqueras” de estos genios belgas, pero en concreto su Lanti (una saison
envejecida en barrica con moras, arándanos y creo recordar también endrinas) y su cuarta
edición de la Beer Geek Wedding las repetí al menos 3 veces cada una. Gozo
extremo!!
Para llorar de placer las cervezas de estos genios belgas... pero también para llorar cuando ves que por aquí abajo hay tan poca gente que las valora como merecen...
- A la gente de Gänstaller los
conocí en persona hace unos años por Franconia (aquí tenéis la crónica de la maravillosa velada vivida en su bar) y ya sabía de lo que son capaces
con la baja fermentación. Pero en este caso me descolocaron con su trabajo de
fusión de estilos aparentemente inconexos como su American Stout Lager.
- Omnipollo fue
junto con Alvinne y Hair of the Dog una de las cerveceras que más elogios recibió por
nuestra parte. En botella he probado algunas cervezas suyas y no siempre he terminado
satisfecho con su relación calidad/precio, pero en este festival su Agamemnon y también OmniPrairie sin dudarlo van a mi top 10 de lo que probamos.
Descomunales las oscuras de esta gente... En la foto Agamemnon.
- De la inglesa Redchurch
ya conocía su buen trabajo con las stout y en este caso fueronlas saison las
que me dejaron muy buen sabor de boca. Por otro lado, la holandesa Kees ha sido una de las gratas
sorpresas en botella de los últimos meses, con cervezas realmente muy bien
hechas, sin desbordar las papilas pero sin que ello signifique un trago aburrido o falta de sabor. En este caso de barril fueaún mejor, por no mencionar sus I.stout
en barrica que traían en primicia. De la noruega Lervig probamos también varias curiosidades que se desmarcan de su
habitual gama de IPAs y Pale ale como una saison con uva Chardonnay y envejecida en barrica, una
red Flandes en barrica de cognac, una berliner weisse… En general todas muy disfrutables e interesantes.
- A la tripleta de Alvinne, Omnipollo y Hair of the Dog debo añadir Magic Rock, uno de mis ojitos derechos
en cuanto a cerveceras británicas de inspiración yanqui. Quitando sus clásicas y muy ricas APAs e IPAs, me maravilló especialmente su Bearded Lady Dessert Edition en barrica de Bourbon y también la especie de Red IPA en colaboración con Cigar City para el Rainbow Project 2015.
Me entran escalofríos de recordar de nuevo en esta cerveza...
- En cuanto a Närke
todo lo que probamos tuvo un nivel más que notable, aunque me quedé
esperando que trajeran algunas de esas referencias más potentes y oscuras que dan fama a
estos cerveceros. Aun así probamos varias cervezas inspiradas en estilos
históricos como las Heather ale, las Gotlandsdrika... realmente muy interesantes.
- De la sueca Brewski
me sorprendió su juego de diferentes frutas con APAs, IPAs y también Berliner Weisse. Otra sueca, Malmö,
fue una de las desconocidas que más gratas alegrías nos dio del festival. De esta última probamos la mayoría de sus cervezas
(más de 10), casi todas ellas alcanzando un buen nivel, fuera cual fuera el palo: elaboraciones ácidas en barricas, cervezas con
frutas, trigo, porter con vainilla… La pena es que por el momento
no exportan y son un brewpub.
Con piña, con fruta de la pasión... Sin duda estos cerveceros consiguieron sorprender con cervezas muy curiosas a la vez que muy refrescantes.
La gente de Malmö, unos cracks con todos los estilos.
- De los letones Labietis,
la noruega Austmann, la escocesa Brewdog, la inglesa Burning Sky y la
holandesa Oedipus fueron de las
cerveceras que menos referencias probamos y tampoco me encontré con nada muy destacable
y/o muy recomendable así que prefiero abstenerme de opinar nada. Por último de Naparbier lógicamente no probamos
más que un par porque ya sea en botella o en barril suelo tener acceso
fácil a ellas.
¿Que hay que traer obligatoriamente una Saison con un ingrediente local? Pues nada, una Amstel como agua para cocinar... ¡¡Enormes los holandeses de Oedipus!!
Tiene mucho mérito lo de estos cracks navarros, repitiendo en un festival en el que poca gente vuelve dos años seguidos...
Como conclusión final sobre las cervezas me gustaría hacer dos comentarios. Por un lado el ya mencionado buen nivel en general de las elaboraciones, con mucha variedad de estilos y unas cuantas cervezas verdaderamente notables. Por otro lado quizás se echó en falta una presencia más amplia de cervezas “normales” como Pale ales e IPAs estándar sin
ingredientes añadidos. En el fondo es cierto que el festival es un escaparate de cerveceras muy conocidas que quieren sorprender al público con rarezas y extravagancias,
pero tras tantos “experimentos” uno termina queriendo beber también alguna cerveza
más “normal” :P. De hecho, la mejor APA que probamos no fue en el festival sino en el Beer Temple de Amsterdam.
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Y creo que hasta aquí queda bien resumido lo que dio de sí, al menos lo más destacable. Podría
hablaros con detenimiento de muchas cervezas pero creo que tampoco es plan de
aburriros. Sin duda os recomendaría la visita del
Borefts a todos aquellos que aún no conozcáis el festival aunque como decía arriba si queréis un
fin de semana algo más completo trataría de complementarlo con visitas a bares y
ciudades por las tardes/noches, o hacer algo más de turismo no cervecero si no queréis terminar con cara de
levadura :-P. Por último, por supuesto felicitar a la organización y también agradecer a todos aquellos con los que compartí alguna cervecita o un pedazo del fin de semana, en especial al amigo Antonio Bravo, mi compañero de “birreteo”, de habitación y de muchas cosas que mejor las dejamos ocultas tras esa recurrente frase de “lo que pasa en el Borefts, queda en el Borefts... ;-).